Descripción: Con el fin de obtener efectivo para realizar una compra, los titulares de valores pueden vender sus inversiones, pagar impuestos sobre sus ganancias y utilizar el remanente como producto para realizar la compra. Al ofrecer valores como hipotecas, los inversores pueden continuar con sus estrategias de inversión.
Y al mismo tiempo benefíciate del bajo tipo de interés que ofrecen estos préstamos. Sin embargo, debido a la volatilidad inherente a la renta variable o a los fondos de inversión, el riesgo de liquidación forzosa es muy alto con estos préstamos. El siguiente ejemplo te ayudará a comprender este fenómeno.
Un inversor posee acciones por valor de 1.00.000 €. Normalmente, puede pedir prestado a SBL alrededor del 50-60% del valor de mercado de la acción subyacente (este valor puede ser inferior en el caso de las acciones de poco valor y superior en el caso de los bonos). Así que el inversor pide prestadas 50.000 € para comprar.
El prestamista o la empresa de corretaje también exigen que el inversor tenga una determinada cantidad mínima de capital en su cuenta. El porcentaje típico es de alrededor del 30%. El saldo que queda en la cuenta después de la compra con el importe del préstamo es de 50.000 €, así que por ahora está bien (50%>30% requerido). La situación se complica cuando el valor de mercado de las acciones cae un 20% o más. Entonces, el inversor tiene que depositar más efectivo en la cuenta o añadir más acciones.