El término procede de un dicho según el cual «hasta un gato muerto rebota cuando cae desde cierta altura». Término muy utilizado en el mundo de la inversión. A menudo es muy difícil para los analistas y operadores predecir un rebote de gato muerto.
Para una explicación más sencilla, supongamos que hay una acción llamada XYZ con un precio de 10 euros. En las últimas siete semanas, la acción ha sufrido una corrección significativa que ha hecho bajar el precio hasta el nivel de 2 euros. En la octava semana, la acción muestra un movimiento al alza que la lleva a 3 euros, pero a la semana siguiente cae a 1 euro. En retrospectiva, el salto del precio en la octava semana se llamará «rebote del gato muerto».
Se trata de un modelo de fijación de precios utilizado por los analistas bursátiles para determinar si una subida del precio de una acción tras una corrección significativa es una inversión de una tendencia bajista o solo un rebote de gato muerto. Los rebotes de gato muerto suelen observarse a posteriori, ya que a los analistas y operadores les resulta muy difícil distinguirlos de un simple cambio de tendencia. La mayoría de las veces, este tipo de rebote se debe a la compraventa por parte de operadores e inversores que pueden equivocarse sobre el fondo del precio de las acciones.
Esta oportunidad suele ser beneficiosa para los operadores a corto plazo, ya que les permite obtener beneficios del rebote a corto plazo. Los inversores pueden aprovechar el acontecimiento para abrir posiciones cortas en la acción.