Impuestos en la inversión: guía completa para no pagar de más al invertir

Descubre cómo tributan tus inversiones, qué impuestos debes tener en cuenta y qué estrategias puedes aplicar para optimizar tu rentabilidad neta. Todo explicado paso a paso, sin tecnicismos y con enfoque práctico.

Bienvenido a la guía definitiva sobre los impuestos en la Inversón

Un espacio creado para ofrecerte una experiencia real e independiente sobre la fiscalidad de tus inversiones. Aquí encontrarás un recorrido PASO A PASO para entender, planificar y optimizar tus impuestos al invertir, con claridad y confianza. Desde los conceptos fiscales más importantes hasta cómo declarar cada tipo de inversión o aprovechar las deducciones disponibles, te guiamos en cada decisión con información práctica, actualizada y basada en análisis rigurosos. Todo hecho con criterio, compromiso y conocimiento financiero real, porque en Finantres creemos que la rentabilidad también se construye con una buena estrategia fiscal.

Impuestos en la inversión Todo lo que necesitas saber para pagar menos

Guía de Impuestos en la Inversión

¿Por qué es tan importante entender los impuestos al invertir?

Comprender la fiscalidad de las inversiones es esencial para cualquier inversor que desee maximizar sus rendimientos y evitar sorpresas desagradables al momento de rendir cuentas al fisco. Los impuestos no solo afectan la rentabilidad neta de las inversiones, sino que también influyen en las decisiones estratégicas y en la planificación financiera a largo plazo.

Cada inversión genera rendimientos que están sujetos a tributación. Por ejemplo, las ganancias obtenidas por la venta de acciones o fondos de inversión tributan en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) como ganancias patrimoniales. Los tramos impositivos actuales para estas ganancias son:

  • 19% para los primeros 6.000 euros.

  • 21% desde 6.001 hasta 50.000 euros.

  • 23% desde 50.001 hasta 200.000 euros.

  • 27% para cantidades superiores a 200.000 euros.

Esto significa que, si no se consideran los impuestos al planificar las inversiones, una parte significativa de los beneficios podría destinarse al pago de tributos, reduciendo así la rentabilidad efectiva. Una inversión muy rentable sobre el papel puede no serlo tanto tras el impacto fiscal.

Un conocimiento profundo de la fiscalidad permite al inversor aprovechar las ventajas fiscales disponibles y minimizar la carga tributaria de manera legal. Por ejemplo, en España, los fondos de inversión permiten realizar traspasos entre ellos sin tributar por las ganancias generadas, siempre que el capital siga invertido. Esta opción ofrece una potente herramienta de diferimiento fiscal que permite aprovechar nuevas oportunidades sin penalización inmediata.

Otra buena práctica es distribuir los reembolsos o ventas de activos en distintos ejercicios fiscales, para evitar saltos de tramo que puedan disparar la factura tributaria.

Desconocer las obligaciones fiscales puede llevar a errores en la declaración de impuestos, resultando en sanciones, intereses de demora o recargos. No declarar correctamente los rendimientos de productos extranjeros, como una cuenta en otro país o una plataforma de inversión global, puede acarrear consecuencias importantes. Tener claro qué modelos hay que presentar (como el 720 o el D6) y cuándo, es igual de importante que elegir bien dónde invertir.

La fiscalidad también juega un papel crucial en la elección de productos financieros. Algunos instrumentos ofrecen beneficios fiscales que los hacen especialmente atractivos. Por ejemplo, los planes de pensiones permiten reducir la base imponible del IRPF gracias a las aportaciones anuales, lo cual puede generar un ahorro inmediato. Claro, esto conlleva una fiscalidad específica al rescatarlos, pero bien planificado, puede ser muy ventajoso.

También ocurre con productos que permiten compensar pérdidas con ganancias, lo que ayuda a reducir el impacto fiscal global si se gestiona con visión estratégica.

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Impuestos que debes tener en el radar como inversor

Cuando inviertes, no solo tienes que mirar rentabilidades y comisiones. También tienes que mirar a Hacienda. Existen ciertos impuestos que pueden impactar seriamente en tus beneficios y que deberías tener siempre presentes. No conocerlos (o ignorarlos) puede traducirse en sustos, sanciones o decisiones mal tomadas. Vamos a ver los tres principales:

El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es, sin duda, el impuesto más relevante para el pequeño y mediano inversor. Aquí es donde se integran la mayoría de los rendimientos y beneficios que obtienes al invertir. En concreto, tributas por:

  • Rentas del ahorro: intereses de depósitos, bonos, dividendos de acciones, cupones, rendimientos de productos de renta fija, etc.

  • Ganancias y pérdidas patrimoniales: beneficios obtenidos al vender un activo por encima de su precio de compra (acciones, fondos, criptos, inmuebles…).

Estos ingresos tributan dentro de la base del ahorro del IRPF, que tiene los siguientes tramos:

  • 19% para los primeros 6.000 €

  • 21% desde 6.001 € hasta 50.000 €

  • 23% desde 50.001 € hasta 200.000 €

  • 27% a partir de 200.001 €

  • 28% si superas los 300.000 € (según la reforma fiscal reciente)

Es decir, cuanto más ganas, más pagas. Además, puedes compensar pérdidas con ganancias dentro del mismo ejercicio fiscal, e incluso arrastrar pérdidas no compensadas hasta cuatro años. Este detalle es crucial para no pagar impuestos innecesarios.

Aunque a menudo se pasa por alto, este impuesto puede afectar a cualquier inversor con un volumen de activos relevante. No se paga por los beneficios, sino por tener un determinado patrimonio acumulado a final de año.

¿Quién tiene que presentarlo? Depende de tu comunidad autónoma, pero en general:

  • Si tu patrimonio neto (excluyendo deudas) supera los 2 millones de euros, estás obligado a presentar la declaración.

  • También si tu patrimonio, sin contar la vivienda habitual hasta 300.000 €, supera los 700.000 €, aunque no pagues nada.

¿Qué se incluye? Todo: cuentas bancarias, acciones, fondos, inmuebles, joyas, seguros de vida, participaciones empresariales… Se valora a 31 de diciembre de cada año.

La mayoría de comunidades aplica bonificaciones (algunas del 100%), pero hay excepciones importantes, como Cataluña, Valencia o Baleares. Y desde hace poco, el Gobierno ha implantado el Impuesto de Solidaridad a las Grandes Fortunas, que se aplica en paralelo en patrimonios superiores a 3 millones de euros.

Para quienes están acumulando riqueza, es un impuesto clave en la planificación fiscal y patrimonial.

Si vas a heredar inversiones o transmitirlas a tus hijos, este impuesto te interesa mucho. A diferencia del IRPF o el de Patrimonio, aquí no se valora la rentabilidad, sino el valor total del activo transmitido.

Este impuesto se aplica cuando:

  • Recibes una herencia (tras el fallecimiento de un familiar)

  • Te hacen una donación en vida (por ejemplo, te ceden acciones o un inmueble)

La carga fiscal puede variar mucho dependiendo de:

  • La comunidad autónoma donde residas (hay grandes diferencias entre comunidades: algunas bonifican casi el 100%, otras apenas un 10-20%)

  • El valor del patrimonio transmitido

  • El grado de parentesco entre donante y receptor (hermanos o sobrinos pagan más que hijos o cónyuges)

Además, si heredas participaciones empresariales o negocios, puede haber exenciones importantes si se cumplen ciertos requisitos. Pero si heredas una cartera de fondos, acciones, criptos o inmuebles… hay que pasar por caja si no planificaste antes.

En las donaciones, también debes considerar el Impuesto sobre la Renta, ya que quien dona puede tener que declarar una ganancia patrimonial en su IRPF. Ojo con eso.

Deducciones y ventajas fiscales que puedes aprovechar

En el mundo de las inversiones no todo es pagar impuestos: también existen incentivos fiscales que puedes aprovechar para reducir lo que pagas o incluso obtener beneficios adicionales. Estas deducciones no solo te ayudan a ahorrar, sino que son una herramienta clave para construir una estrategia de inversión fiscalmente eficiente.

Invertir en startups o empresas de reciente creación no solo puede tener potencial de crecimiento, también te da derecho a una deducción muy interesante en el IRPF.

  • ¿En qué consiste? Puedes deducirte el 30% de lo que inviertas (con un límite de 60.000 € anuales).

  • ¿Qué requisitos hay?

    • La empresa debe tener menos de 3 años desde su constitución (o hasta 5 en ciertos casos).

    • No debe cotizar en Bolsa.

    • No puede ser una sociedad patrimonial.

    • El inversor no puede tener una participación mayor al 40%.

  • ¿Cuándo se aplica? En la declaración del IRPF del año en que realizaste la inversión.

Además, si en el futuro vendes tus participaciones y reinviertes el dinero en otra empresa del mismo tipo, puedes no tributar por la ganancia, gracias a la exención por reinversión.

Una deducción potente para quienes quieran diversificar y apostar por el emprendimiento… con respaldo fiscal.

Los planes de pensiones siguen siendo una de las herramientas fiscales más conocidas, aunque han sufrido recortes en los últimos años.

  • ¿Qué puedes deducir? Hasta 1.500 € anuales por aportaciones a planes individuales.

  • Si además tu empresa aporta a tu plan de empleo, puedes llegar a deducir hasta 10.000 € combinados.

  • ¿Cómo funciona? Lo que aportas reduce directamente tu base imponible general. Es decir, pagas menos impuestos ahora, aunque tendrás que tributar al rescatar el plan más adelante.

Otros productos que también ofrecen ventajas similares:

  • Planes de previsión asegurados (PPA)

  • Mutualidades de previsión social

  • Planes de previsión social empresarial (PPSE)

Este tipo de instrumentos son especialmente útiles para perfiles con ingresos altos o quienes buscan una jubilación fiscalmente optimizada.

Las donaciones a ONG, fundaciones u otras entidades sin ánimo de lucro también te permiten reducir lo que pagas en tu declaración.

  • ¿Cuánto puedes deducir?

    • El 80% de los primeros 150 € donados.

    • A partir de ahí, un 35% (y si repites donación a la misma entidad durante 3 años, sube al 40%).

  • ¿Qué necesitas? Un certificado fiscal de la entidad receptora.

Además de contribuir a causas importantes, estás aprovechando una de las deducciones más generosas que existen. Es una forma de unir rentabilidad emocional y fiscal.

Muchas comunidades autónomas ofrecen deducciones fiscales adicionales en el IRPF que puedes aprovechar, especialmente si resides en esa comunidad durante todo el año fiscal.

Algunos ejemplos:

  • Inversión en vivienda habitual

  • Inversión en empresas de tu comunidad

  • Deducción por alquiler

  • Por nacimiento o adopción de hijos

  • Por cuidado de mayores o personas con discapacidad

Cada comunidad tiene su normativa y sus porcentajes, así que merece la pena consultar las deducciones específicas del lugar donde resides, ya que pueden mejorar de forma notable tu declaración.

¿Cómo tributa cada tipo de inversión?

Una vez entiendes por qué los impuestos son clave en el mundo de la inversión, el siguiente paso natural es conocer cómo afecta la fiscalidad a cada tipo de activo. Porque no todos tributan igual, ni todos tienen las mismas ventajas, obligaciones o riesgos fiscales. De hecho, dependiendo de si inviertes en acciones, en criptomonedas o en un piso para alquilar, tu tratamiento fiscal será completamente distinto.

Y esto no es solo un detalle técnico: puede marcar la diferencia entre una inversión rentable y una que te quite más de lo que aporta. Por eso, en Finantres no nos quedamos en lo básico. Vamos a desgranar, uno por uno, los principales vehículos de inversión —acciones y ETFs, fondos, cripto, inmuebles, pensiones o crowdlending, entre otros— para que sepas exactamente qué implicaciones fiscales tiene cada uno. Sin rodeos, sin letra pequeña y con una visión clara de lo que te conviene según tu perfil y tus objetivos.

Así podrás decidir no solo qué te ofrece más rentabilidad, sino qué te permite pagar menos impuestos de forma legal y eficiente.

🧾 Tipo de Inversión💼 Aspecto Fiscal📌 Detalles Clave
📈 AccionesDividendosTributan como rendimientos del capital mobiliario en la base del ahorro. Retención automática del 19%. Se ajusta según tramos IRPF.
 Ganancias o pérdidas patrimonialesSe tributa por la diferencia entre compra y venta (menos comisiones). Se integra en la base del ahorro.
📈 ETFs (Fondos Cotizados)Tributación como accionesFuncionan igual que las acciones. Se tributa por las plusvalías al vender.
 Sin traspasos diferidosNo permiten traspasar entre ETFs sin tributar. Cada operación con ganancia implica pagar impuestos.
📊 Fondos de InversiónDiferimiento fiscalPuedes traspasar entre fondos sin tributar si no retiras el capital. Ventaja fiscal muy útil.
 Tributación al reembolsoAl reembolsar y obtener beneficios, tributan como ganancia patrimonial. Se puede compensar con pérdidas.
💻 CriptomonedasGanancias/pérdidas patrimonialesCada compra-venta genera una ganancia o pérdida sujeta a IRPF. Se calcula entre precio de compra y venta.
 Compensación de pérdidasPérdidas pueden compensarse con ganancias en el mismo año o en los 4 siguientes.
 Fiscalidad por intercambioIntercambios entre criptos también se consideran operaciones con impacto fiscal.
🏦 Planes de PensionesAportaciones deduciblesReducen la base general del IRPF (hasta 1.500 € anuales). Aumentan el ahorro inmediato.
 Tributación al rescateSe consideran rendimiento del trabajo y tributan en la base general, según tramos del IRPF.
🏠 Inmuebles (alquiler)Rendimiento del capital inmobiliarioIngresos por alquiler tributan en la base general. Se pueden deducir muchos gastos.
 Deducciones aplicablesDeducción de IBI, hipoteca, comunidad, seguros… Reducción del 60% si es residencia habitual del inquilino.
🏠 Inmuebles (venta)Ganancia/pérdida patrimonialSe tributa por la diferencia entre el valor de compra (ajustado) y de venta.
 ExencionesSi reinviertes en vivienda habitual, o si eres mayor de 65 años, puedes aplicar exenciones fiscales.
🤝 CrowdlendingRendimientos del capital mobiliarioIntereses tributan como rendimientos del capital mobiliario. Se integra en la base del ahorro.
 RetenciónSuele haber retención del 19%, dependiendo de la plataforma. Se incluye en la declaración anual.
🤝 Inversiones alternativasTratamiento variableArte, vino, startups… tributan según su naturaleza. Generalmente por ganancia patrimonial.
 Inversión en startupsPuede tener deducciones si cumples condiciones: inversión en empresa nueva, participación limitada, etc.

Estrategias para una planificación fiscal inteligente

Una buena inversión no termina cuando eliges el activo correcto. Termina cuando sabes cuándo entrar, cuándo salir… y cómo declarar lo que has ganado o perdido. Por eso, los inversores más eficientes no solo buscan rentabilidad, sino también eficiencia fiscal.

Aquí tienes varias estrategias clave para optimizar legalmente tu carga tributaria y quedarte con una mayor parte de tus beneficios:

Esta es una de las trampas más comunes para quienes intentan compensar pérdidas. En resumen: no puedes vender un activo con pérdidas y volver a comprarlo en un corto plazo esperando reducir impuestos.

¿Qué dice la regla?

Si vendes un valor con pérdidas, no puedes volver a comprar acciones o participaciones idénticas en los 2 meses anteriores o posteriores a la venta. Si lo haces, la pérdida no se puede compensar en la declaración de la renta.

Por ejemplo:

  • Compras 100 acciones de una empresa a 10 €.

  • El valor cae a 6 € y decides venderlas con 400 € de pérdida.

  • A los 20 días las vuelves a comprar.

  • Resultado: no puedes declarar esa pérdida, aunque fue real, porque estás incumpliendo la regla de los 2 meses.

¿Cómo evitarlo?

  • Espera el tiempo reglamentario antes de recomprar.

  • O invierte en un activo similar, pero no idéntico (por ejemplo, otro ETF con estrategia parecida, pero distinto ISIN).

Una de las mejores herramientas del inversor fiscalmente inteligente.

Cada año puedes compensar las ganancias obtenidas en tus inversiones con las pérdidas generadas por otras operaciones. Así reduces la base imponible del ahorro y pagas menos IRPF.

¿Cómo se aplica?

  • Puedes compensar pérdidas patrimoniales con ganancias patrimoniales.

  • Y también puedes compensar, hasta un 25%, con rendimientos del capital mobiliario (como dividendos o intereses).

¿Qué pasa si me quedan pérdidas sin compensar?
No se pierden. Puedes arrastrarlas hasta 4 años en tu declaración. Esto es especialmente útil tras un mal ejercicio en mercados volátiles.

El “timing” fiscal puede marcar una diferencia brutal en lo que pagas. Dos operaciones idénticas pueden tener resultados muy distintos según el momento en que las ejecutes.

Consejos clave:

  • Si estás cerca del final del año y vas bien de rentabilidad, puedes vender activos con pérdidas para reducir la base del ahorro.

  • Si estás a punto de saltar a un tramo más alto del IRPF, considera esperar al siguiente ejercicio para evitar pagar más.

  • Revisa qué has ganado y qué has perdido antes de cerrar el año fiscal. Una venta estratégica puede dejarte mejor posicionado para la declaración.

Revisar tu cartera no es solo una cuestión de diversificación o rentabilidad, sino también de impacto fiscal. Por ejemplo:

  • Traspasar fondos para aprovechar el diferimiento fiscal (solo si no son ETFs).

  • Vender activos que no están generando valor y aprovechar su pérdida para compensar beneficios de otros productos.

  • Ordenar tu inversión en función de los productos que tributan menos a largo plazo.

Pensar en términos fiscales no solo es útil en el corto plazo. Es clave en la construcción de un patrimonio:

  • Planifica rescates de planes de pensiones en momentos de menor carga fiscal.

  • Transmite activos con anticipación (donaciones planificadas) si el Impuesto sobre Sucesiones es menor que el de Patrimonio.

  • Considera residencias fiscales y diferencias entre comunidades autónomas, sobre todo si tienes un volumen patrimonial elevado.

Términos sobre los impuestos a la inversión

7 términos clave que cualquier persona debe conocer cuando se adentra en el mundo de los impuestos en la inversión.

Una ganancia patrimonial es el beneficio que obtienes cuando vendes un activo (acciones, fondos, inmuebles, criptomonedas, etc.) por un precio superior al que pagaste por él. Es uno de los conceptos más relevantes en fiscalidad, ya que es el tipo de renta que más aparece en la declaración del IRPF cuando inviertes. Para calcularla, se resta al precio de venta el precio de adquisición, sumando o restando los gastos asociados (comisiones, notaría, impuestos…).

Este beneficio se incluye en la base del ahorro del IRPF y tributa según tramos progresivos. Por eso, no solo importa cuánto ganes, sino también cuándo lo declares y si puedes compensarlo con pérdidas. Entender bien este término te permitirá anticiparte al impacto fiscal de tus inversiones y tomar decisiones estratégicas, como cuándo vender o cómo reestructurar tu cartera sin que Hacienda se quede con más de la cuenta.

Es el reverso de la ganancia patrimonial. Una pérdida patrimonial ocurre cuando vendes un activo por debajo de lo que te costó. Aunque pueda parecer negativo, desde el punto de vista fiscal puede ser muy útil, ya que las pérdidas se pueden utilizar para compensar otras ganancias en la declaración de la renta. Esto se traduce en un menor importe a pagar en impuestos.

Lo interesante es que estas pérdidas no se pierden si no tienes beneficios ese mismo año: puedes compensarlas hasta en los 4 ejercicios siguientes. Además, hay reglas específicas que debes conocer (como la famosa regla de los 2 meses), para evitar que Hacienda te impida deducirte una pérdida si haces recompras inmediatas del mismo activo. Saber gestionar bien tus pérdidas puede ayudarte a pagar menos cada año y a construir una estrategia fiscal mucho más eficaz.

La base imponible del ahorro es una parte clave dentro del IRPF, que agrupa todos los rendimientos obtenidos por invertir: intereses de cuentas, dividendos, ganancias y pérdidas patrimoniales, etc. Es diferente a la base general (donde se incluyen salarios, pensiones, alquileres…), y tiene su propia estructura de tramos impositivos.

Conocer qué rentas forman parte de esta base y cómo se calculan te ayuda a tener una visión clara del impacto fiscal de tus inversiones. Además, es aquí donde se aplican las compensaciones entre pérdidas y ganancias, y donde puedes aplicar estrategias para mantenerte en tramos inferiores de tributación. Es, en resumen, el “territorio fiscal” donde se juegan tus impuestos como inversor.

Son los beneficios que obtienes por ceder tu dinero a terceros. Por ejemplo, los intereses de un depósito, los cupones de un bono, o los dividendos de acciones. A diferencia de las ganancias patrimoniales, que se generan al vender un activo, los rendimientos del capital mobiliario surgen por mantener una inversión que genera rentas periódicas.

Estos rendimientos también se integran en la base del ahorro del IRPF, y están sujetos a retención automática (normalmente del 19%). Saber diferenciar entre estos y las ganancias patrimoniales es clave porque las reglas fiscales y los tiempos de tributación pueden variar, así como las posibilidades de compensar pérdidas o aplicar deducciones. Además, su correcta declaración influye directamente en el resultado final de tu declaración.

Son los porcentajes que se aplican a tus beneficios una vez calculada la base del ahorro. En España, el sistema es progresivo: a más beneficios, mayor tipo impositivo. Actualmente, los tramos son:

  • 19% hasta 6.000 €

  • 21% de 6.001 a 50.000 €

  • 23% de 50.001 a 200.000 €

  • 27% de 200.001 a 300.000 €

  • 28% a partir de 300.001 €

Comprender estos tramos te permite anticiparte al impacto de tus inversiones en la declaración anual. Por ejemplo, si vas a vender varios activos con beneficios, quizás te interese escalonar las operaciones entre ejercicios para no saltar al siguiente tramo. La gestión fiscal del “cuándo” es tan importante como el “cuánto” inviertes, y aquí es donde estos tramos cobran sentido.

Es una de las ventajas fiscales más potentes que existen en España. Un traspaso de fondos permite mover tu dinero de un fondo de inversión a otro sin tener que tributar por la ganancia obtenida en el fondo original. Esto es lo que se conoce como diferimiento fiscal, y es una herramienta muy útil para reestructurar tu cartera sin peaje fiscal.

Lo importante es que este beneficio solo aplica entre fondos españoles registrados, y no incluye ETFs. Aprovechar los traspasos te permite ajustar tu perfil de riesgo, cambiar de estrategia o buscar mejores condiciones sin necesidad de liquidar y volver a pagar impuestos. Bien utilizado, este recurso puede hacer crecer tu patrimonio sin interrupciones fiscales hasta que retires el dinero definitivamente.

Este modelo informativo es obligatorio para los contribuyentes que tienen inversiones o bienes en el extranjero por valor superior a 50.000 €. Se aplica, por ejemplo, si tienes una cuenta en un broker fuera de España, una cartera en una plataforma internacional o inmuebles en otro país. No tiene coste directo, pero no presentarlo correctamente puede acarrear sanciones muy graves.

El objetivo de este modelo es que Hacienda tenga control sobre el patrimonio exterior de los residentes fiscales en España. Aunque en los últimos años ha sido objeto de debate legal, su cumplimiento sigue siendo obligatorio. Si inviertes en plataformas como Interactive Brokers, Degiro, eToro u otras que operan fuera del país, este es un término que debes dominar para evitar problemas legales serios.

Preguntas frecuentes sobre la tributación de las inversiones

No declarar tus inversiones puede salir muy caro. La Agencia Tributaria cruza cada vez más datos con bancos, brokers y plataformas internacionales, por lo que si obtuviste beneficios o rentas y no los incluyes en tu declaración, es muy probable que recibas un requerimiento. Esto puede conllevar sanciones, intereses de demora y recargos, incluso si el error fue por desconocimiento.

Además, en el caso de activos en el extranjero, como cuentas en brokers internacionales, la omisión del Modelo 720 puede tener consecuencias más graves, especialmente si el valor de los activos supera los límites establecidos. En definitiva, la mejor estrategia es declarar siempre tus inversiones de forma correcta, incluso si no generan beneficios, para evitar sorpresas desagradables.

Si tienes inversiones en el extranjero (por ejemplo, acciones compradas en un broker internacional, fondos en Luxemburgo, cuentas en bancos fuera de España o inmuebles en otro país), debes tener en cuenta dos obligaciones: declarar los beneficios en el IRPF, y cumplir con las obligaciones informativas como el Modelo 720 (si superas los 50.000 € en valor total).

Los beneficios generados fuera tributan en España igualmente, pero si ya has pagado impuestos en el país de origen, puedes evitar la doble imposición aplicando convenios bilaterales. Eso sí, no se trata de pagar donde prefieras: eres residente fiscal en España y debes tributar aquí, sí o sí. Entender esto es fundamental para evitar errores muy comunes en la inversión internacional.

Es una estrategia habitual que algunos inversores consideran, pero no siempre es legal ni recomendable si se hace solo con fines fiscales. Invertir a nombre de un hijo menor o de un familiar con menor renta puede parecer útil para tributar menos, ya que estos suelen estar en tramos inferiores del IRPF. Sin embargo, Hacienda puede considerar que hay una cesión de derechos o una simulación si el dinero y el control real siguen siendo tuyos.

Además, al transferir dinero a familiares, puedes generar una donación que está sujeta al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, lo que complica aún más el asunto. Esta estrategia solo tiene sentido dentro de una planificación fiscal y patrimonial bien hecha, legal y justificada, por lo que siempre conviene contar con asesoramiento profesional si decides seguir este camino.