DEFINICIÓN
La asignación de activos significa dividir tus inversiones entre diferentes tipos de activos. Te ayuda a protegerte de grandes pérdidas en tu cartera.
Definición y ejemplo de asignación de activos
La asignación de activos es el proceso de dividir tu dinero entre diferentes activos, como acciones, valores de renta fija y efectivo. Cada una de estas categorías reacciona de forma diferente a las distintas tendencias del mercado, por lo que tener una mezcla en tu cartera te ayudará a minimizar las pérdidas en caso de caída del mercado.
En general, cuanto más joven seas, mayor será la proporción de acciones que debes poseer. Esto se debe a que tienes un periodo de inversión más largo para recuperar las pérdidas y a que el mercado de valores suele moverse al alza con el tiempo. Los inversores más experimentados pueden tener una mayor proporción en renta fija y confiar en una renta fija en lugar de grandes ganancias en la renta variable.
Por ejemplo, supongamos que un inversor se acerca a la jubilación y actualmente tiene una asignación de activos del 80% de acciones y el 20% de bonos. Como jubilado, el inversor quiere una cartera más conservadora en caso de caída de la bolsa y porque tiene previsto retirar parte de sus ahorros cada año para gastos de subsistencia. Por tanto, el inversor elige una nueva asignación de activos de un 70% de bonos y un 20% de acciones, más un 10% de la cuenta en efectivo.
Consejo: La asignación de activos es un elemento clave de cualquier estrategia de inversión. Tu cartera debe estar diversificada y la forma en que asignas tus activos determina en parte el grado de diversificación.
Puntos clave
- La asignación de activos es el proceso de dividir tus inversiones entre diferentes tipos de activos para protegerte de las fluctuaciones del mercado.
- Normalmente, los inversores invierten parte de su dinero en acciones, bonos y equivalentes de efectivo, pero hay otros tipos de activos, como propiedades, materias primas y derivados.
- La mejor combinación para ti depende de tus objetivos de inversión, tu horizonte temporal y tu tolerancia al riesgo.
Tipos de activos
Cada clase de activo ofrece un nivel diferente de riesgo y rendimiento. Aquí están las tres clases de activos más comunes, clasificadas de menor a mayor riesgo:
- Dinero en efectivo
Es el menos arriesgado, pero la rentabilidad es negativa si se resta el coste de la inflación. Los fondos del mercado monetario y los certificados de depósito entran en esta categoría.
- Bonos
Existen varios tipos de bonos. pero rodo son inversiones de las que se llaman de renta fija. Los más seguros son los bonos del Estado de EEUU. Están garantizados al 100% por el gobierno federal y ofrecen un rendimiento ligeramente superior al del efectivo. Los bonos estatales y municipales ofrecen un riesgo y una rentabilidad ligeramente superiores. Los bonos corporativos ofrecen un mayor rendimiento, pero también un mayor riesgo de impago. Esto es especialmente cierto para los bonos basura. También deberías considerar los bonos internacionales, incluidos los mercados emergentes.
- Acciones
Son más arriesgadas que los bonos porque puedes perder el 100% de tu inversión. A lo largo del tiempo, la renta variable ofrece el mejor rendimiento y suele superar a la inflación. Dentro de la renta variable, hay tres subcategorías basadas en el valor de la empresa: Pequeña, mediana y gran capitalización. Al igual que con los bonos, deberías tener algunas acciones internacionales y de mercados emergentes, además de las nacionales.
Hay muchas otras categorías que debes tener en cuenta:
- Bienes inmuebles
Esto incluye las propiedades de inversión, como las de alquiler, los REITs (Real Estate Investment Trusts) o algún tipo de fondo inmobiliario. Los expertos difieren sobre si debes incluir o no la casa en la que vives (si eres propietario) en este desglose.
- Derivados
Ofrecen los mayores riesgos y rendimientos. Recuerda que puedes perder más de tu inversión.
- Materias primas
El riesgo puede variar, ya que hay muchos tipos. Sin embargo, la mayoría de los inversores deberían tener participaciones en un fondo relacionado con el petróleo, ya que es probable que suba a largo plazo cuando las acciones bajen. En general, se recomienda no invertir más del 10% en oro.
- Monedas
Cuando el dólar está bajando, es bueno tener activos en moneda extranjera, como el euro. Cuando el dólar es débil, el euro puede ser fuerte. Las dos economías mixtas tienen el mismo tamaño, por lo que compiten en el mercado de divisas.
- Criptoactivos
Suele ser una clase de activos muy volátil que puede incluir criptodivisas, criptofichas y criptomonedas. Estos activos digitales son diferentes entre sí y deben evaluarse desde una perspectiva más amplia de asignación de activos y en función del perfil de riesgo individual. Algunos planificadores financieros dicen que sólo debes invertir lo que no te quitaría el sueño si se fuera a cero.
¿Cómo funciona la asignación de activos?
Tomemos el ejemplo de Sarah, una inversora con 10.000 euros. Decide invertir su dinero en una triple combinación de acciones, renta fija y efectivo. Primero, decide invertir el 60% de su dinero en acciones. Entonces decide dividir esta cantidad entre grandes empresas como Coca-Cola y Reebok y pequeñas empresas de las que la mayoría de la gente nunca ha oído hablar, las llamadas «small caps».
Sarah invierte 4.000 euros en fondos de índice que siguen a empresas de gran capitalización y 2.000 euros en fondos de índice que siguen a empresas de pequeña capitalización. Invierte 3.500 euros, es decir, el 35%, en renta fija, repartidos a partes iguales entre bonos del Estado de EEUU y bonos municipales (ciudades o estados). Por último, tiene 500 euros en efectivo, que deposita en una cuenta del mercado monetario.
Cuando el mercado cae inevitablemente, Sarah se protege mejor de una gran pérdida invirtiendo en bonos, que no fluctúan tanto como las acciones. Pero cuando el mercado de valores despega, es más probable que la gran parte de su cartera invertida en acciones vaya bien.
Asignación de activos y tus objetivos
¿Qué cantidad debes asignar a cada activo? Eso depende de tres factores:
Tus objetivos, tu horizonte temporal y tu tolerancia al riesgo determinarán el modelo que debes utilizar. Si puedes tolerar un alto riesgo a cambio de un alto rendimiento, probablemente invertirás más en acciones y fondos de inversión. Si tienes una baja tolerancia al riesgo, invertirás más en bonos. Los que no tienen tolerancia al riesgo o necesitan su dinero el año que viene deberían tener más efectivo.
Asignación de activos frente a diversificación
Aunque la asignación de activos es una parte esencial de una cartera diversificada, no es exactamente el mismo concepto que la diversificación. Puedes repartir tu dinero entre distintos tipos de activos sin diversificar adecuadamente esas inversiones. Por ejemplo, si las acciones de tu cartera están todas en manos de unas pocas empresas de gran capitalización, no estás necesariamente diversificado para lograr un mejor crecimiento.
Diversificar tu cartera significa que cubres muchos niveles diferentes de riesgo y rendimiento con tus distintas inversiones. La asignación es una forma de hacerlo, pero siempre debes ir un paso más allá y diversificar dentro de cada clase de activos.
Por qué es importante una buena asignación
Asignar los activos según una estrategia de inversión individual es lo que casi todos los inversores consideran una buena práctica. Incluso los multimillonarios y los inversores institucionales pierden dinero en determinadas apuestas, pero como están debidamente cubiertos, pueden estar seguros de que no sufrirán una gran pérdida por una sola mala inversión.
También es importante equilibrar la renta variable, la renta fija y el efectivo, ya que es una estrategia que permite movimientos macro más allá del horizonte del inversor. Una asignación adecuada tiene en cuenta las fluctuaciones de las divisas y los movimientos geopolíticos más amplios, y proporciona al inversor una red de seguridad contra las grandes caídas.
