La inversión a largo plazo es una estrategia con ventajas como el interés compuesto, las ventajas fiscales y el ahorro de costes. Sigue leyendo para descubrir algunos consejos que puedes utilizar para objetivos a largo plazo, como la jubilación.
6 Consejos de inversión
Los objetivos y estrategias de inversión deben adaptarse a la situación del inversor. Sin embargo, he aquí algunas pautas generales que pueden ayudar a construir una cartera de inversiones a largo plazo.
1. determina tus objetivos, horizonte temporal y tolerancia al riesgo.
Las decisiones de inversión se guían por objetivos financieros a largo plazo, como ahorrar para la educación o la jubilación. Los objetivos también se definen por el horizonte temporal o el plazo en el que quieres invertir tu dinero.
El horizonte temporal también determina tu tolerancia al riesgo, o el grado en que puedes soportar las fluctuaciones del valor de tu cuenta. Por ejemplo, una cartera de acciones de crecimiento agresivo puede ser adecuada para un inversor con un horizonte temporal de 20 años, si puede soportar las fluctuaciones del mercado a corto plazo.
2. crear un plan de inversión
Basándose en el horizonte temporal y la tolerancia al riesgo del inversor, un plan de inversión proporciona un marco para crear y supervisar una cartera de inversiones. El plan de inversión también se denomina declaración de política de inversión y puede incluir directrices para seleccionar, supervisar y sustituir las inversiones de la cartera.
Los elementos que pueden incluirse en un plan de inversión son los siguientes
Asignación de activos: es la ponderación porcentual de los activos que se mantendrán en la cartera. Por ejemplo, un inversor a largo plazo con una tolerancia al riesgo moderada podría elegir una asignación de activos de un 65% de renta variable y un 35% de renta fija.
Selección de inversiones: Seleccionar determinados tipos de inversiones para una cartera es la base de la diversificación, es decir, repartir el dinero entre distintas inversiones.
Estrategia de inversión: Un inversor puede elegir entre estrategias de inversión activas y pasivas. La inversión activa consiste en comprar y vender inversiones con el objetivo de obtener rendimientos superiores a la media. Una estrategia pasiva consiste en mantener inversiones como fondos indexados o fondos de bonos para conseguir rendimientos de mercado.
3. elige una empresa de corretaje
Decídete por una empresa de corretaje, como un broker de descuento o un broker de servicio completo. Un broker de descuento suele ofrecer servicios online en los que los inversores pueden abrir cuentas y operar a bajo precio. Los brokers de servicio completo ofrecen servicios de asesoramiento y gestión de carteras, pero cobran comisiones más elevadas.
Consejo: Quienes opten por una estrategia de inversión pasiva pueden considerar un robo-asesor que ofrezca servicios de inversión automatizados, como la asignación y reequilibrio de carteras en función de las preferencias del inversor. Las personas con necesidades financieras complejas pueden contratar a un asesor financiero.
4. búsqueda y selección de tipos de inversión
Una vez finalizada la planificación y abiertas las cuentas de inversión, investiga y selecciona los tipos de inversión que mejor se ajusten a tus objetivos de inversión y tolerancia al riesgo.
Los principales tipos de inversiones son
Acciones
Bonos
ETFs
Fondos de inversión abiertos
Fondos indexados
REITS
5. aplicación del plan
La ejecución del plan es el proceso de reunir todos los elementos de la planificación de la inversión, incluido el mercado de inversión. Se puede establecer un plan de inversión sistemático que automatice las aportaciones periódicas desde una cuenta bancaria vinculada a la cuenta de inversión.
6. controlar el riesgo y la salud de la cartera.
La gestión de la cartera es un proceso continuo que requiere una supervisión periódica de la salud y los riesgos de la cartera para garantizar que sigue cumpliendo los objetivos y las características de riesgo del inversor.
El proceso de supervisión de un inversor a largo plazo también puede incluir el reequilibrio de la cartera, en el que ésta se ajusta periódicamente para lograr la asignación de activos original.
Ventajas e inconvenientes de la inversión a largo plazo
Ventajas de la inversión a largo plazo
Ahorro de costes: Las transacciones poco frecuentes en una estrategia de inversión de comprar y mantener significan menos transacciones, lo que se traduce en menores honorarios y comisiones.
Ahorro de tiempo: La inversión a largo plazo no requiere mucha investigación ni negociación, y algunos inversores adoptan un enfoque de «configúralo y olvídate», lo que les ahorra tiempo.
Ventajas fiscales: Las cuentas de jubilación, como las cuentas individuales y los planes 401k, crecen con impuestos diferidos, lo que permite un mayor crecimiento a largo plazo.
Interés compuesto: Los inversores a largo plazo se benefician del interés compuesto, una ventaja que procede de la reinversión de dividendos y plusvalías que permiten nuevas participaciones en la inversión, lo que se traduce en un crecimiento exponencial.
Beneficios de riesgo/recompensa: Invertir lentamente a lo largo del tiempo con un enfoque de promediación del coste en euros ayuda a mitigar los altibajos de la volatilidad a corto plazo.
Desventajas de la inversión a largo plazo
Requiere paciencia: los beneficios de la inversión a largo plazo pueden tardar años en hacerse patentes.
Caídas bruscas ocasionales: Para conseguir mayores rendimientos medios relativos a lo largo del tiempo, los inversores a largo plazo deben ser capaces de capear las correcciones ocasionales del mercado, que pueden provocar caídas a corto plazo del 10-30%.
Conclusión
La inversión a largo plazo se refiere generalmente a objetivos y estrategias de inversión con un horizonte temporal de más de 10 años. Este mayor número de años suele permitir a los inversores a largo plazo ser tan agresivos como les permita su tolerancia al riesgo y aprovechar el valor temporal del dinero.
