Cómo invertir en acciones: Guía esencial para comenzar
Aprende a comprar tu primera acción en 7 sencillos pasos
Economista e inversor
- Publicado:
- Actualizado: 04/11/2024
Invertir en acciones puede parecer complicado al principio, pero con la información adecuada y una estrategia clara, cualquiera puede empezar a construir una cartera rentable. En este artículo te guiaré paso a paso por todo lo que necesitas saber para comenzar en el mundo de las inversiones en bolsa, desde cómo establecer tus objetivos financieros hasta seleccionar las mejores acciones para principiantes. Si estás buscando maneras seguras y efectivas para hacer crecer tu dinero a largo plazo, aquí encontrarás todo lo necesario para dar tus primeros pasos con confianza. ¡Empecemos!
¿Puede cualquier persona invertir en acciones?
Sí, prácticamente cualquier persona puede invertir en acciones, siempre que cumpla con algunos requisitos básicos, como tener acceso a un corredor de bolsa (broker) o una plataforma de inversión. La mayoría de los brokers permiten abrir cuentas con montos mínimos bajos o incluso nulos, lo que facilita el acceso a las inversiones. Sin embargo, antes de empezar, es importante que cualquier persona interesada evalúe su situación financiera, su tolerancia al riesgo y sus objetivos de inversión. Además, es recomendable contar con una base sólida de educación financiera para tomar decisiones informadas.
Cómo invertir en acciones: una guía de 7 pasos
- Paso 1: Establece metas claras de inversión
- Paso 2: Determina cuánto puedes permitirte invertir
- Paso 3: Determina tu tolerancia al riesgo y estilo de inversión
- Paso 4: Elige una cuenta de inversión
- Paso 5: Financia tu cuenta de acciones
- Paso 6: Elige tus acciones
- Paso 7: Aprende, monitorea, revisa
Paso 1: Establece metas claras de inversión
Antes de invertir en acciones, es fundamental que tengas bien definidas tus metas de inversión. Estas metas te ayudarán a guiar cada decisión que tomes en tu estrategia. Pregúntate qué es lo que quieres lograr: ¿estás ahorrando para la jubilación, la compra de una vivienda, o simplemente deseas hacer crecer tu patrimonio a largo plazo? Cada objetivo tendrá un horizonte temporal y nivel de riesgo diferente, lo cual influirá en los tipos de acciones o fondos que elijas. Es importante establecer metas realistas y alcanzables, ya que esto te permitirá mantener el enfoque y no desviarte durante momentos de volatilidad del mercado.
Además, cuando estableces metas específicas, también puedes determinar el tipo de retorno que necesitas para lograrlas. Por ejemplo, si estás invirtiendo para la jubilación en 30 años, tal vez prefieras una cartera más agresiva con acciones de crecimiento. Si, en cambio, estás invirtiendo para una meta a corto plazo, podrías necesitar un enfoque más conservador para reducir el riesgo. Tus metas deben ser lo más específicas posibles y estar alineadas con tu tolerancia al riesgo y horizonte de inversión.
Consejos para establecer metas de inversión:
Define un horizonte temporal claro para cada una de tus metas: El tiempo que tienes para alcanzar una meta influye directamente en las decisiones de inversión. Metas a largo plazo, como la jubilación, pueden permitir asumir más riesgos y optar por inversiones más agresivas. Por el contrario, para objetivos a corto plazo, como comprar una casa en cinco años, es preferible invertir en productos más seguros.
Alinea tus metas con tu tolerancia al riesgo: Cada persona tiene un nivel de riesgo que está dispuesto a asumir. Si prefieres evitar fluctuaciones importantes, puede ser recomendable optar por inversiones más estables. Si puedes tolerar más riesgo, podrías invertir en acciones de alto crecimiento, lo que puede ofrecer mayores rendimientos a largo plazo.
Asegúrate de que tus metas sean específicas y cuantificables: Establece metas concretas, como «ahorrar 100,000 USD en 10 años», en lugar de metas vagas. Esto te ayudará a mantener el enfoque y medir el progreso con claridad, ajustando tu estrategia de inversión cuando sea necesario.
Revisa y ajusta tus metas regularmente, según cambios en tu situación financiera: La vida cambia y, con ella, tus objetivos y capacidad de inversión. Si recibes un aumento de sueldo, tienes un hijo o te acercas a la jubilación, deberías ajustar tus metas de inversión para reflejar estos cambios y asegurar que sigues en el camino adecuado.
Ten en cuenta los impuestos y las implicaciones a largo plazo de tus objetivos: Las inversiones tienen implicaciones fiscales que pueden afectar tu rendimiento. Aprovecha cuentas con beneficios fiscales, como planes de jubilación, y asegúrate de considerar el impacto de los impuestos al momento de definir tus metas financieras a largo plazo.
Paso 2: Determina cuánto puedes permitirte invertir
Uno de los aspectos más importantes antes de comenzar a invertir es determinar cuánto puedes permitirte destinar a tu cartera de acciones. No se trata solo de tener el capital disponible, sino de asegurarte de que invertir no comprometa tus finanzas personales ni tus necesidades diarias. Una regla básica es invertir solo el dinero que no necesitarás a corto plazo, ya que el mercado puede ser volátil y es posible que tus inversiones tarden en generar retornos. Es recomendable tener un fondo de emergencia cubierto antes de destinar dinero a la inversión en acciones.
Además, es importante establecer un presupuesto mensual o trimestral para tus inversiones. Esta estrategia, conocida como aportaciones periódicas, te permite reducir el impacto de la volatilidad del mercado mediante la técnica de promedio de costos en dólares (dollar-cost averaging). También te asegura que no te expongas más de lo necesario al riesgo de invertir grandes sumas de dinero en momentos desfavorables del mercado. Mantener tus aportaciones dentro de un rango predefinido te ayudará a controlar mejor tus finanzas personales y tu tolerancia al riesgo.
Consejos para determinar tu monto de inversión:
Asegúrate de tener un fondo de emergencia antes de invertir: Un fondo de emergencia cubriendo de tres a seis meses de gastos es crucial antes de comenzar a invertir, para que no te veas obligado a vender acciones en caso de emergencia.
Invierte solo lo que no necesites a corto plazo: El dinero destinado a inversiones en acciones debe ser capital que no necesitarás en los próximos cinco o más años, ya que los mercados pueden fluctuar considerablemente.
Crea un presupuesto específico para tus inversiones: Establece una cantidad mensual o trimestral fija que puedas destinar a invertir sin afectar tus necesidades diarias o tus ahorros a corto plazo.
Considera la estrategia de aportaciones periódicas: Invertir una cantidad fija en intervalos regulares te permitirá suavizar el impacto de la volatilidad del mercado y reducir el riesgo de hacer grandes inversiones en momentos poco favorables.
Evita endeudarte para invertir: Nunca pidas préstamos o uses tarjetas de crédito para invertir, ya que los intereses de la deuda pueden anular cualquier posible ganancia en tus inversiones.
Paso 3: Determina tu tolerancia al riesgo y estilo de inversión
Una vez que has definido tus metas de inversión y determinado cuánto puedes permitirte invertir, el siguiente paso clave es identificar tu tolerancia al riesgo y tu estilo de inversión. Ambos factores son esenciales para asegurarte de que tu estrategia se alinee con tus emociones frente a la volatilidad del mercado y con tus expectativas de retorno. La tolerancia al riesgo se refiere a tu capacidad emocional y financiera para enfrentar posibles pérdidas. Alguien con alta tolerancia al riesgo puede estar cómodo con inversiones volátiles, como acciones de alto crecimiento, mientras que una persona más conservadora puede preferir inversiones más estables, como bonos o acciones de dividendos.
Por otro lado, tu estilo de inversión dependerá de cuánto tiempo y esfuerzo estás dispuesto a dedicar. Algunos inversores prefieren un enfoque más activo, investigando y seleccionando acciones individuales, mientras que otros optan por un estilo más pasivo, invirtiendo en fondos indexados o utilizando asesores automatizados como los robo-advisors. Definir claramente ambos aspectos te ayudará a construir una cartera que no solo maximice tus retornos, sino que también te permita dormir tranquilo, sabiendo que estás en línea con tu tolerancia al riesgo.
Consejos para evaluar tu tolerancia al riesgo:
Considera tu edad y horizonte temporal: Los inversores más jóvenes pueden permitirse asumir más riesgos, ya que tienen más tiempo para recuperarse de posibles pérdidas. Si estás cerca de la jubilación, puede ser recomendable una estrategia más conservadora.
Evalúa tu reacción ante la volatilidad: Piensa en cómo te sentirías si tu inversión perdiera un 20% en poco tiempo. Si la idea te provoca ansiedad, es probable que tu tolerancia al riesgo sea baja, y deberías optar por inversiones más estables.
Revisa tu situación financiera general: Si tienes deudas importantes o no cuentas con un fondo de emergencia sólido, quizás no puedas permitirte asumir muchos riesgos. Un portafolio más conservador podría ser más apropiado en este caso.
Haz un cuestionario de perfil de riesgo: Existen herramientas en línea y asesores financieros que ofrecen cuestionarios para ayudarte a determinar tu nivel de tolerancia al riesgo, basándose en factores emocionales y financieros.
Considera diversificar tu cartera: Una buena forma de equilibrar el riesgo es tener una cartera diversificada que incluya tanto inversiones de alto riesgo como de bajo riesgo, lo que te permitirá mitigar pérdidas en momentos de volatilidad.
Consejos para identificar tu estilo de inversión:
Reflexiona sobre tu enfoque preferido: Ya sea que prefieras un enfoque activo o una estrategia más pasiva, entender tu estilo de inversión te ayudará a elegir los métodos y herramientas adecuados. Algunos disfrutan investigando y analizando minuciosamente cada detalle de su cartera, mientras que otros prefieren un enfoque de «configurar y olvidar», confiando en que sus inversiones crecerán con el tiempo.
Considera la inversión DIY (hazlo tú mismo): Si te sientes cómodo con el funcionamiento del mercado y tienes confianza para gestionar tus propias operaciones, puedes optar por la inversión DIY. Esto puede ser activo, donde compras y vendes acciones directamente, o pasivo, invirtiendo en fondos indexados que gestionan las operaciones por ti.
Decide si prefieres una gestión activa o pasiva: En un enfoque activo, tú controlas cuándo comprar o vender acciones, mientras que en una estrategia pasiva inviertes en fondos que siguen índices, dejando la gestión en manos de los administradores del fondo.
Piensa en la posibilidad de recibir asesoramiento profesional: Si prefieres no manejarlo todo tú mismo, un asesor financiero puede ayudarte a elegir las mejores inversiones según tus objetivos, monitorear tu cartera y ajustarla cuando sea necesario.
Recuerda que tu estilo puede evolucionar: Es posible que comiences con un enfoque y, con el tiempo, prefieras otro. Tu estilo de inversión puede adaptarse a medida que adquieres experiencia y cambian tus necesidades financieras.
Paso 4: Elige una cuenta de inversión
Después de haber evaluado tu tolerancia al riesgo y definido tu estilo de inversión, el siguiente paso es seleccionar el tipo de cuenta que mejor se ajuste a tus necesidades. En el mercado español, las dos opciones más comunes para invertir en acciones son los brokers tradicionales y los roboadvisors. La elección entre uno y otro dependerá de tu preferencia por una gestión activa o pasiva, además de la cantidad de control que desees sobre tus inversiones.
Los brokers tradicionales te permiten comprar y vender acciones directamente, dándote un control total sobre tu cartera. Estos suelen ofrecer una amplia gama de productos financieros, desde acciones individuales hasta ETFs y bonos. Por otro lado, los roboadvisors son plataformas automatizadas que gestionan tus inversiones por ti, generalmente seleccionando una cartera diversificada basada en tu perfil de riesgo. Aunque no tienes el control directo sobre qué acciones se compran o venden, los roboadvisors son una excelente opción para quienes buscan simplicidad y una gestión automatizada a bajo coste.
Consejos para elegir tu cuenta de inversión:
Evalúa cuánto control quieres sobre tus inversiones: Si prefieres gestionar tu cartera personalmente, un broker tradicional te permitirá comprar y vender acciones a tu conveniencia. Si prefieres una gestión automatizada, un roboadvisor será más adecuado.
Compara las comisiones: Los brokers suelen cobrar comisiones por cada transacción, mientras que los roboadvisors suelen tener comisiones más bajas basadas en un porcentaje de tu patrimonio gestionado. Asegúrate de comparar los costes a largo plazo.
Acceso a diferentes tipos de activos: Algunos brokers ofrecen una mayor variedad de activos financieros, lo que te permitirá diversificar más tu cartera. Los roboadvisors, aunque limitados a ciertos productos, también suelen ofrecer una cartera diversificada automáticamente.
Revisa las herramientas y recursos disponibles: Los brokers tradicionales suelen ofrecer más herramientas de investigación y análisis de mercado. Si disfrutas investigando tus inversiones, busca un broker con buenas herramientas. Si prefieres la simplicidad, un roboadvisor probablemente será suficiente.
Considera la facilidad de uso: Si no tienes experiencia previa, es posible que encuentres más conveniente una plataforma sencilla y fácil de navegar, como la de los roboadvisors, en lugar de la interfaz más técnica de un broker tradicional.
Paso 5: Financia tu cuenta de acciones
Una vez que hayas elegido el tipo de cuenta que mejor se adapta a tu estilo de inversión, el siguiente paso es financiarla para comenzar a operar. Depositar fondos en tu cuenta de inversión es un proceso relativamente sencillo, pero es importante tener en cuenta algunos aspectos para asegurarte de que lo haces de la manera más eficiente y segura. Dependiendo del broker o roboadvisor que elijas, los métodos de financiación pueden variar entre transferencias bancarias, tarjetas de débito, o incluso mediante plataformas de pago digitales.
Es recomendable empezar con un monto que no comprometa tus finanzas personales y que esté en línea con tu capacidad de asumir riesgos. Muchos inversores novatos comienzan con pequeñas aportaciones periódicas para ir construyendo su cartera de forma gradual, lo que también ayuda a evitar entrar en el mercado en un mal momento. Al estar en el mercado español, es importante considerar si el broker cobra comisiones por depósitos o retiros, además de los posibles costes asociados a las conversiones de divisas si planeas invertir en mercados internacionales.
Consejos para financiar tu cuenta de acciones:
Elige un método de financiación conveniente: La mayoría de brokers permiten realizar transferencias bancarias, pero verifica si tu broker acepta otros métodos como tarjetas de débito o plataformas de pago online, según te sea más cómodo.
Empieza con un monto que te resulte cómodo: No es necesario comenzar con grandes cantidades. Establece una cantidad inicial que te permita experimentar sin comprometer tus finanzas y ajusta tus aportaciones según te sientas más seguro en el proceso.
Considera realizar aportaciones periódicas: Hacer depósitos regulares en lugar de uno solo grande puede ayudarte a reducir el riesgo de entrar en el mercado en un mal momento, promediando los precios de compra a lo largo del tiempo.
Ten en cuenta las comisiones: Algunos brokers pueden cobrar tarifas por depositar o retirar fondos, así que revisa bien las condiciones antes de hacer cualquier movimiento financiero.
Revisa la posibilidad de costes por cambio de divisa: Si planeas invertir en mercados internacionales, algunos brokers pueden cobrarte por convertir euros a otras divisas. Asegúrate de conocer estos costes adicionales antes de hacer grandes depósitos.
Paso 6: Elige tus acciones
Después de haber financiado tu cuenta de inversión, el siguiente paso clave es seleccionar las acciones en las que invertirás. Este proceso requiere un análisis cuidadoso, ya que la elección de tus acciones influirá directamente en los rendimientos y riesgos que asumirás. Al principio, puede ser abrumador decidir entre las miles de opciones disponibles en el mercado, por lo que es recomendable comenzar con empresas que conozcas o con sectores que te resulten familiares. Además, muchas plataformas te ofrecen herramientas para investigar el desempeño histórico de las acciones, su volatilidad y las proyecciones futuras.
Una buena estrategia para principiantes es diversificar la cartera, es decir, no poner todo tu capital en una sola acción o sector. Puedes optar por acciones de empresas grandes y establecidas (blue chips) que tienden a ser más estables, o por fondos indexados y ETFs, que te permiten invertir en una amplia variedad de acciones con una sola compra, lo que reduce el riesgo. Recuerda que el análisis y la paciencia son fundamentales en este paso, y es importante evitar la tentación de hacer inversiones impulsivas basadas en rumores o movimientos de corto plazo del mercado.
Consejos para elegir tus acciones:
Empieza con empresas o sectores que conozcas: Invierte en compañías o industrias que entiendas y en las que confíes a largo plazo. Esto te permitirá tomar decisiones más informadas y con mayor seguridad.
Investiga el historial y la salud financiera de las empresas: Utiliza las herramientas que tu broker te proporciona para analizar los estados financieros, la capitalización bursátil y las proyecciones de crecimiento de las acciones que estás considerando.
Diversifica tu cartera desde el principio: Evita concentrar todo tu capital en una sola acción o sector. Invertir en diferentes industrias y tipos de activos puede ayudarte a mitigar riesgos y mejorar el potencial de rendimiento.
Considera invertir en ETFs o fondos indexados: Si no estás seguro de qué acciones elegir, los ETFs o fondos indexados te permiten invertir en un grupo de acciones, lo que te da diversificación con una sola transacción.
Evita decisiones impulsivas: Es importante tener un enfoque a largo plazo. Evita tomar decisiones basadas en el ruido del mercado o movimientos especulativos de corto plazo, y céntrate en empresas con sólidos fundamentos financieros.
Paso 7: Aprende, monitorea, revisa
Una vez que has elegido las acciones en las que invertir, el trabajo no termina ahí. El paso final y continuo es monitorear tu cartera, aprender de las fluctuaciones del mercado y ajustar tus inversiones según sea necesario. Invertir no es un proceso estático; los mercados cambian, al igual que tu situación personal y tus objetivos financieros. Es crucial revisar regularmente tu portafolio para asegurarte de que está alineado con tus metas a largo plazo y tu tolerancia al riesgo. Sin embargo, esto no significa reaccionar impulsivamente ante cada movimiento del mercado. Mantener la calma en periodos de volatilidad es clave para ser un inversor exitoso a largo plazo.
Además, es importante seguir aprendiendo sobre nuevas estrategias de inversión y los movimientos del mercado. Las noticias financieras, los informes trimestrales de las empresas y el análisis de los expertos pueden darte pistas sobre cuándo ajustar tu cartera. Rebalancear periódicamente tu cartera —es decir, ajustar la proporción de tus inversiones según su rendimiento— te permitirá mantener un nivel de riesgo adecuado mientras maximizas el potencial de rendimiento a largo plazo.
Consejos para aprender, monitorear y revisar tus inversiones:
Revisa tu portafolio de manera periódica: No necesitas revisar tus inversiones todos los días, pero establecer un calendario de revisiones trimestrales o anuales te permitirá evaluar su rendimiento y hacer los ajustes necesarios.
No reacciones a corto plazo: Evita hacer cambios bruscos basados en movimientos repentinos del mercado. Mantén la calma durante periodos de volatilidad y céntrate en tus metas a largo plazo.
Rebalancea tu cartera según sea necesario: Si alguna de tus inversiones ha crecido mucho, puede que ahora represente una parte desproporcionada de tu portafolio. Rebalancear significa vender una parte de esas acciones para mantener la diversificación adecuada.
Mantente informado sobre las empresas en las que inviertes: Sigue leyendo informes financieros y noticias sobre las empresas en tu cartera. Estar al tanto de su rendimiento y planes futuros te permitirá tomar decisiones más informadas.
Continúa aprendiendo sobre nuevas estrategias de inversión: La educación financiera es un proceso continuo. Dedica tiempo a aprender sobre nuevas herramientas, estrategias o productos de inversión que podrían ayudarte a mejorar tus rendimientos.
Las mejores inversiones y acciones para principiantes.
Ahora que has comprendido cómo establecer metas, elegir una cuenta de inversión y seleccionar acciones, es momento de hablar de las mejores inversiones y acciones para principiantes. Invertir en tus primeras acciones puede ser intimidante, pero si comienzas con una estrategia sólida y opciones seguras, puedes construir una cartera estable desde el principio. Como principiante, lo más recomendable es optar por inversiones que ofrezcan una combinación de estabilidad y crecimiento, para así minimizar riesgos mientras aprovechas el potencial de crecimiento a largo plazo.
Uno de los mejores enfoques es empezar con fondos indexados o ETFs (fondos cotizados en bolsa), ya que estos productos permiten invertir en una amplia gama de acciones con una sola transacción. Los fondos indexados replican el comportamiento de índices como el IBEX 35 o el S&P 500, lo que significa que tu inversión estará diversificada automáticamente, reduciendo el riesgo en comparación con comprar acciones individuales. Los ETFs también son una opción popular entre los principiantes por su simplicidad y baja comisión.
Además de los fondos indexados, las acciones blue-chip son una opción sólida para quienes recién empiezan. Estas son acciones de empresas grandes y establecidas, con un historial probado de crecimiento y solidez financiera. Compañías como Inditex o Santander en el mercado español son ejemplos típicos. Estas empresas suelen ofrecer dividendos regulares y tienden a ser menos volátiles, lo que puede ofrecer un mayor sentido de seguridad a los nuevos inversores.
Otra opción a considerar son las acciones de crecimiento. Estas acciones, a menudo en sectores como la tecnología o la salud, tienen un mayor potencial de revalorización, aunque suelen conllevar más riesgo. Empresas innovadoras que están en plena expansión pueden ofrecer rendimientos significativos a largo plazo, pero es crucial hacer una buena investigación antes de invertir en ellas.
Si prefieres minimizar aún más el riesgo, también podrías optar por acciones defensivas, que son aquellas de sectores que tienden a resistir las crisis económicas, como las de empresas de servicios públicos o alimentos. Estas acciones suelen ser más estables incluso en periodos de incertidumbre económica, proporcionando una capa de protección a tu cartera.
Recuerda que una buena estrategia para principiantes es diversificar tu cartera desde el principio. No pongas todo tu dinero en una sola acción o sector, ya que esto puede aumentar el riesgo. En cambio, invierte en una combinación de acciones, fondos y otros activos, lo que te permitirá suavizar las fluctuaciones del mercado y aumentar tu potencial de crecimiento a largo plazo.
Finalmente, asegúrate de realizar una investigación constante y estar al tanto de las tendencias del mercado y las empresas en las que inviertes. El mercado bursátil está en constante cambio, y estar bien informado te permitirá tomar decisiones más seguras y estratégicas.
Conclusión
Invertir en acciones es una de las formas más efectivas de hacer crecer tu patrimonio a largo plazo, pero requiere tiempo, paciencia y una estrategia clara. Ya sea que optes por empezar con acciones de empresas consolidadas o prefieras diversificar con fondos indexados o ETFs, lo importante es comprender tus objetivos financieros y tu tolerancia al riesgo. Aunque el mercado de valores puede parecer volátil, con una buena planificación y la elección adecuada de acciones, puedes aprovechar las oportunidades de crecimiento y minimizar los riesgos. Recuerda que, al invertir en la bolsa, la educación constante y el monitoreo de tu cartera son claves para el éxito.
Preguntas frecuentes
¿Qué tan rápido se pueden obtener ganancias al invertir en acciones?
Las ganancias en el mercado de acciones no suelen ser inmediatas. Mientras que algunos inversores pueden ver retornos rápidos en mercados alcistas o con acciones volátiles, en la mayoría de los casos, las inversiones en acciones requieren tiempo para generar rendimientos significativos. La paciencia y una estrategia a largo plazo son clave para maximizar los beneficios.
¿Qué tipos de comisiones suelen cobrar los brokers al invertir en acciones?
Los brokers pueden cobrar diferentes tipos de comisiones, como tarifas por transacción, comisiones por inactividad o costes por cambio de divisas si inviertes en mercados internacionales. Es importante revisar y comparar estos costes antes de elegir un broker para asegurarte de que las comisiones no afecten negativamente tus ganancias.
¿Es seguro invertir en acciones durante una recesión económica?
Invertir durante una recesión puede ser riesgoso, ya que muchas acciones tienden a bajar de valor. Sin embargo, también puede ser una oportunidad para comprar acciones a precios más bajos. Las acciones defensivas o de sectores que resisten mejor las crisis, como los servicios públicos o alimentos, pueden ofrecer una mayor seguridad en estos periodos.
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