Cuando como autónomo emites una factura rectificativa, lo que estás haciendo es corregir una factura anterior que contenía errores: puede ser un importe incorrecto, un dato del cliente mal, un IVA mal aplicado, descuentos posteriores o una devolución. Hacienda exige que toda factura rectificativa sea un nuevo documento con su propia numeración (por ejemplo, con prefijo R, como R‑001), que indique que es “factura rectificativa”, el motivo y los datos de la factura original, incluyendo número y fecha. Esta debe remitirse al cliente y conservarse junto con la factura original.
Desde el punto de vista del IVA, una factura rectificativa ajusta la base imponible y la cuota repercutida: si reduces la factura original, podrás disminuir el IVA en tu declaración. Este ajuste puede reflejarse indicando directamente el importe negativo o el total corregido, siempre detallando claramente el cambio realizado. En casos de impago, también puedes recuperar el IVA adelantado siempre que el importe sea superior a 50 € y se haya reclamado por vía judicial o notarial. Además, si facturas menos de 6 millones de euros al año, puedes emitir la factura rectificativa a partir de los 6 meses desde el vencimiento y luego comunicarlo a Hacienda mediante el modelo 952.
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Hay que tener cuidado con los plazos y los requisitos formales. Si no los cumples, puedes tener problemas con Hacienda, que podría interpretar la rectificación como indebida. El plazo máximo para corregir una factura es de cuatro años desde la fecha en que se generó el impuesto. En situaciones como concursos de acreedores, el plazo puede ser más corto. Además, a partir de 2025, con la implantación del sistema Verifactu, será obligatorio que el software de facturación esté conectado con Hacienda para comunicar en tiempo real cada rectificación, lo que exige aún más precisión en la emisión de estos documentos.
Tener una gestión clara de estas facturas no solo te ayuda a evitar pagar más IVA del que corresponde, sino que también mejora tu contabilidad y la liquidez del negocio. Además, contar con herramientas bancarias y financieras adaptadas a este tipo de gestiones puede hacerte la vida mucho más fácil, especialmente con bancos que ya integran soluciones para autónomos que necesitan llevar todo el control fiscal bien atado.
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