Claro, si eres autónomo y trabajas desde varios lugares, puedes deducir bastantes gastos, siempre que estén vinculados directamente a tu actividad profesional y estén justificados con factura. Por ejemplo, si una parte de tu trabajo la realizas desde casa, puedes deducir una parte proporcional de los suministros como la luz, el agua, el internet o el gas. Eso sí, esta deducción solo aplica si has notificado a Hacienda el uso de tu domicilio como lugar de trabajo mediante el modelo 036 o 037. Además, para los suministros, la ley permite deducir hasta un 30 % sobre el porcentaje de la vivienda destinado a la actividad. También podrás deducir parte del alquiler, los intereses de la hipoteca, el seguro del hogar o el IBI, pero siempre en proporción al espacio que uses como oficina.
Si además trabajas desde un coworking o alquilas una oficina, estos gastos se consideran 100 % deducibles, tanto en el IRPF como en el IVA, ya que son costes afectos directamente a tu actividad. Aquí entrarían el alquiler del espacio, la cuota mensual del coworking, el wifi, el material de oficina o incluso los cafés si los pagas mediante una tarjeta profesional y puedes justificarlos. Lo importante es que estos espacios estén directamente relacionados con tu actividad como autónomo y que cuentes con las facturas correspondientes a tu nombre, no valen los tickets sin más.
También puedes deducirte los gastos de desplazamientos relacionados con tu trabajo, como el combustible, el transporte público, peajes, parkings o incluso dietas y alojamiento si viajas por motivos profesionales. Si usas tu vehículo particular, Hacienda te permite deducir hasta el 50 % del IVA siempre que el uso no sea exclusivamente profesional (por ejemplo, si no eres transportista). Además, si estás suscrito a herramientas digitales o plataformas necesarias para tu trabajo, también puedes incluirlas como gasto deducible, al igual que los cursos de formación, la asesoría fiscal, el material informático o cualquier software profesional.
Eso sí, recuerda que para que todos estos gastos sean deducibles deben cumplir tres condiciones: estar afectos a tu actividad económica, estar justificados documentalmente (factura) y estar registrados contablemente. Esta parte es clave, porque si no lo haces bien, te arriesgas a perder la deducción en una revisión de Hacienda. Por eso, conviene organizar bien tus facturas y trabajar con una cuenta bancaria profesional que te permita separar tus ingresos y gastos personales de los profesionales.
👉 Si trabajas desde diferentes espacios, quizá te interese ver las mejores cuentas para autónomos y emprendedores
👉 También puedes echarle un vistazo a las mejores cuentas para emitir recibos como autónomo
👉 Y si estás pensando en mejorar tu cuenta bancaria, mira este comparador de bancos para autónomos que te ayudará a decidir





