Si prestas servicios online como autónomo, puedes deducirte todos los gastos que estén directamente relacionados con tu actividad profesional. Esto incluye herramientas digitales como suscripciones a software de facturación, contabilidad, diseño o gestión de proyectos; servicios de almacenamiento en la nube; plataformas de email marketing; compra de dominios o alojamiento web, e incluso la adquisición de equipos como ordenadores, micrófonos o cámaras si son necesarios para desarrollar tu trabajo. También puedes deducir el coste del teléfono móvil o internet si usas una línea exclusivamente para tu actividad profesional, siempre que esté bien justificado y tengas factura a tu nombre.
Si trabajas desde casa, también puedes deducirte parte de los suministros del hogar, como la luz, el agua, el gas o la conexión a internet. Para ello, es necesario que hayas notificado a Hacienda que parte de tu vivienda está destinada a la actividad profesional y podrás deducirte hasta el 30 % de los suministros sobre la parte proporcional afectada. Igualmente, si pagas un alquiler, también podrías deducir la parte correspondiente al espacio que utilizas como oficina en casa. Eso sí, todo debe estar correctamente documentado y reflejado en tu contabilidad.
Otro grupo importante de gastos deducibles son las cuotas a la Seguridad Social, los honorarios de gestoría o asesoría, los seguros profesionales (como el de responsabilidad civil) y cualquier tipo de formación relacionada con tu actividad. Aquí entran desde cursos online hasta libros, webinars o incluso eventos presenciales, siempre que estén enfocados en mejorar tu desempeño profesional. Además, si usas herramientas de pago como pasarelas de cobro, comisiones bancarias o TPV, también puedes deducirte esos costes en tu declaración trimestral.
En cuanto a comidas, desplazamientos y reuniones con clientes, también son deducibles, pero con ciertas condiciones: necesitas factura, que el pago se realice con un medio electrónico asociado a tu actividad y que el gasto esté directamente relacionado con tu trabajo. Si viajas por motivos profesionales, puedes incluir transporte, dietas y alojamiento dentro de los límites establecidos. Es fundamental llevar un buen control contable de todo esto y usar una cuenta bancaria profesional para facilitar la gestión de estos gastos.
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