¿Qué es el dividendo activo?
El dividendo activo es una parte de los beneficios que una empresa reparte entre sus accionistas, normalmente en forma de dinero en efectivo. Es decir, cuando una empresa genera beneficios y decide compartir una porción con quienes tienen sus acciones, está entregando dividendos activos. Este tipo de pago suele realizarse una o varias veces al año y es una de las formas más directas que tiene un inversor para obtener rentabilidad sin vender sus acciones.
Una característica clave del dividendo activo es que proviene de beneficios reales obtenidos por la empresa, y no de aportaciones externas de capital. Por eso, es un buen indicador de que la compañía tiene una situación financiera sólida y una política clara de retribuir al accionista.
Ahora bien, es importante no confundirlo con el dividendo pasivo, que no implica el reparto de beneficios sino la solicitud de dinero adicional al accionista. Esto sucede, por ejemplo, cuando se amplía capital y los socios deben aportar más recursos. En ese caso, no se está recibiendo, sino que se está “poniendo” dinero en la empresa.
En resumen:
- Dividendo activo: ingreso que recibes como accionista a cambio de tu inversión, con base en los beneficios de la empresa.
- Dividendo pasivo: compromiso que asumes como accionista de aportar más capital a la sociedad, cuando esta lo necesita.
Esta diferencia es clave para cualquier persona interesada en invertir en bolsa con mentalidad de largo plazo y buscando ingresos recurrentes.
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Tipos de dividendos activos
Ahora que ya sabes qué es el dividendo activo y cómo se diferencia del dividendo pasivo, es el momento de dar un paso más y conocer los distintos tipos de dividendos activos que existen. Entender esta clasificación te ayudará a interpretar mejor las decisiones de las empresas y a planificar tu estrategia como inversor.
A continuación, te dejo una tabla clara y completa con los principales tipos de dividendos activos, divididos según cuándo se pagan y cómo se entregan al accionista:
Tipo de Dividendo | ¿Qué es? | Características clave | Frecuencia en España |
---|---|---|---|
Dividendo a cuenta | Pago adelantado con cargo a beneficios previstos del ejercicio actual. | Se entrega antes del cierre del año, sujeto a condiciones de liquidez y aprobación. | Muy común entre grandes cotizadas |
Dividendo complementario | Pago final que se completa tras aprobar las cuentas anuales. | Se reparte una vez cerrado el ejercicio, tras junta general de accionistas. | Muy utilizado como cierre del ejercicio |
Dividendo en efectivo | El accionista recibe dinero directamente en su cuenta. | Es el tipo más habitual y directo. | El más extendido en el mercado español |
Dividendo en acciones (scrip dividend) | El inversor recibe nuevas acciones en lugar de dinero. | Puede ser opcional (eliges entre efectivo o acciones) o directo. | Frecuente en empresas que conservan caja |
Dividendo en especie | Se entregan activos distintos al dinero o acciones (por ejemplo, productos). | Menos común. Puede incluir participaciones en otras empresas, bienes, etc. | Poco habitual, pero legalmente posible |
Como puedes ver, los dividendos activos no son todos iguales. Varían tanto en el momento del pago como en la forma en que se entregan. Si estás construyendo una cartera de inversión orientada a generar ingresos, conviene que sepas cuál es el tipo de dividendo que mejor se adapta a tus objetivos y perfil financiero.
Requisitos legales y contables en España
Una vez que tenemos claro qué tipos de dividendos activos existen, es fundamental entender el marco legal que regula su reparto en España. Porque no basta con que una empresa quiera repartir beneficios: debe cumplir ciertos requisitos legales y contables que garanticen la transparencia y la protección del accionista.
En nuestro país, la norma que regula este aspecto es la Ley de Sociedades de Capital (LSC). Y dentro de esta, hay dos artículos especialmente importantes: el artículo 273 y el artículo 277.
Artículo 273: ¿Cuándo puede una empresa repartir dividendos?
Este artículo establece que solo se pueden repartir dividendos con cargo a los beneficios del ejercicio o a reservas de libre disposición. Además, antes de repartir nada, la empresa debe cubrir posibles pérdidas de ejercicios anteriores.
También obliga a dotar la llamada reserva legal, que corresponde al 10 % del beneficio hasta que esta alcance al menos el 20 % del capital social. Solo después de cumplir estos pasos, se puede hablar de distribución de dividendos.
Artículo 277: Dividendos a cuenta
Este artículo se refiere específicamente a los dividendos a cuenta (es decir, anticipos de beneficios antes de que finalice el ejercicio). Para que una empresa pueda repartir este tipo de dividendos, debe existir:
- Un estado contable fiable que justifique que hay beneficios suficientes.
- Suficiente liquidez, es decir, dinero en caja o acceso fácil a efectivo para hacer frente al pago.
- Aprobación por parte del órgano de administración, que asume responsabilidad si no se cumplen las condiciones.
Implicaciones contables
Desde el punto de vista contable, el reparto de dividendos debe reflejarse correctamente en los libros. Se generan asientos específicos para registrar tanto la provisión como el pago de los dividendos. Además, se practica una retención fiscal del 19 %, que la empresa debe ingresar a Hacienda en nombre del accionista.
Ventajas y desventajas para el inversor particular
Después de repasar los requisitos legales, llega el momento de ponernos en tu piel como inversor particular. Porque más allá de lo que dice la ley, lo que realmente importa es cómo afectan los dividendos activos a tu bolsillo y a tu estrategia de inversión.
Para que lo tengas claro y puedas tomar decisiones informadas, te he preparado la tabla más completa y útil que encontrarás sobre las ventajas y desventajas de invertir en dividendos activos:
Ventajas | ¿Por qué es importante para ti? |
---|---|
Ingresos regulares | Te permiten generar una renta periódica sin necesidad de vender tus acciones. Ideal para rentas pasivas. |
Señal de salud financiera | Si una empresa reparte dividendos de forma constante, es porque tiene beneficios sostenibles. |
Retorno adicional a la revalorización | No dependes solo de que la acción suba; también ganas mientras la mantienes. |
Mayor estabilidad en la cartera | Las empresas con dividendos suelen tener menor volatilidad y ser más maduras. |
Reinversión automática | Muchos brokers te permiten reinvertir los dividendos automáticamente, haciendo crecer tu inversión. |
Desventajas | ¿En qué debes fijarte? |
---|---|
No están garantizados | Una empresa puede dejar de repartir dividendos en cualquier momento si la situación cambia. |
Posible señal de falta de reinversión | Empresas que reparten mucho pueden estar dejando de invertir en crecimiento futuro. |
Fiscalidad inmediata | Los dividendos tributan en el IRPF desde el primer euro recibido (actualmente desde el 19 %). |
Poca diversificación si te centras solo en dividendos | Puedes perder oportunidades en sectores que no reparten dividendos pero tienen alto potencial. |
Efecto psicológico de no querer vender | Recibir dividendos puede hacerte retener acciones incluso si pierden valor, solo por cobrar el pago. |
Como ves, los dividendos activos tienen un fuerte atractivo para generar ingresos, pero también conllevan riesgos que hay que gestionar con cabeza. El equilibrio está en combinarlos con una cartera diversificada y con visión de largo plazo.
Conclusión y próximos pasos
Llegados a este punto, ya tienes una visión completa sobre qué es el dividendo activo, cómo funciona y qué papel puede jugar en tu estrategia como inversor. Hemos repasado sus tipos, la normativa que lo regula, sus implicaciones contables y, lo más importante, las ventajas y riesgos que conlleva para ti como particular.
Ahora toca pasar a la acción.
Si estás pensando en incorporar dividendos a tu cartera, el primer paso es evaluar qué empresas ofrecen un perfil sólido y sostenible de reparto. No se trata solo de buscar las que más pagan, sino de identificar aquellas que combinan rentabilidad por dividendo, estabilidad financiera y potencial de crecimiento.
Además, es clave que operes a través de un intermediario que te dé facilidades para invertir en dividendos. Aquí es donde entran los brokers especializados: algunos ofrecen opciones de reinversión automática, otros tienen bajas comisiones por cobro de dividendos o permiten elegir entre efectivo y acciones.