¿Cuál es la temperatura ideal del aire acondicionado en verano?
Cuando llega el calor del verano, encender el aire acondicionado es casi automático. Pero aquí es donde entra una gran oportunidad para ahorrar dinero sin perder comodidad. La temperatura ideal para tu aire acondicionado en verano está entre los 24 °C y los 26 °C. Este rango no solo te mantiene fresco, sino que también es el punto dulce para reducir el consumo energético.
¿Por qué es tan importante este rango? Porque cada grado que bajas por debajo de los 24 °C puede aumentar el gasto energético entre un 6 % y un 8 %. Es decir, si decides ponerlo a 21 °C en lugar de 24 °C, tu factura puede subir notablemente sin que eso signifique una gran mejora en tu confort.
Además, el cuerpo humano se adapta muy bien a temperaturas de entre 24 °C y 26 °C, especialmente si estás en ropa ligera. No necesitas convertir tu casa en una nevera para sentirte bien, lo que realmente necesitas es mantener una temperatura constante, que no exija tanto al equipo.
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Recuerda que el aire acondicionado no enfría más rápido por ponerlo a menor temperatura. Solo trabaja más tiempo y consume más energía. Así que el truco está en usar el aire con cabeza, no con prisa.
Un buen aliado para mantener esta temperatura sin sobresaltos en la factura puede ser una app bancaria como bunq, que te ayuda a categorizar tus gastos y controlar en tiempo real cuánto estás destinando a suministros como la luz.
En resumen, si quieres ahorrar dinero y seguir estando a gusto este verano, mantén tu aire entre los 24 °C y 26 °C. Tu bolsillo —y el planeta— te lo van a agradecer.
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¿Cuál es la temperatura ideal del aire acondicionado en invierno?
Después de entender cómo ajustar el aire acondicionado en verano para ahorrar, toca mirar hacia el invierno, otra época clave donde el buen uso del aire puede marcar una gran diferencia en tu factura de la luz.
En los meses fríos, la temperatura ideal para usar el aire acondicionado con bomba de calor está entre los 20 °C y los 22 °C. Este rango permite disfrutar de un ambiente cálido y cómodo en casa sin disparar el consumo eléctrico.
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¿Por qué no es recomendable pasar de los 22 °C? Porque cada grado adicional implica un mayor esfuerzo del sistema de climatización, lo que se traduce en un incremento innecesario en tu gasto energético. Además, mantener el aire demasiado caliente puede resecar el ambiente y afectar la calidad del aire en casa.
Establecer una temperatura constante entre los 20 °C y los 22 °C es clave para evitar picos de consumo. También puedes apoyar este ajuste con ropa abrigada en casa y el uso de mantas, lo que te permitirá mantener el confort sin tener que subir la temperatura.
No olvides revisar la configuración del termostato, ya que muchas veces dejamos que el sistema funcione por defecto y eso puede estar aumentando el gasto sin que lo notemos.
Y si quieres tener todo bajo control, plataformas como bunq te pueden ayudar a tener una visión clara de cuánto estás destinando a calefacción, permitiéndote ajustar tus hábitos de forma inteligente.
En definitiva, no se trata de tener la casa como un horno, sino de crear un clima cómodo y sostenible. Con 20 °C a 22 °C, tu hogar estará cálido y tu bolsillo protegido.
¿Cómo afecta cada grado al consumo energético?
Ahora que ya conoces las temperaturas ideales para verano e invierno, es momento de entender por qué ese ajuste fino en el termostato puede tener tanto impacto en tu factura de luz.
Cada grado que se baja en verano —o se sube en invierno— puede incrementar el consumo energético entre un 6 % y un 8 %. Esto significa que una diferencia de apenas dos grados podría disparar tu gasto mensual en energía en más de un 15 %.
¿Por qué ocurre esto? Porque el aire acondicionado tiene que trabajar más intensamente para alcanzar temperaturas extremas, forzando al compresor y aumentando su tiempo de funcionamiento. Es un esfuerzo adicional que se traduce directamente en mayor consumo y, por tanto, en un mayor coste.
Además, muchos equipos no cuentan con un control preciso de temperatura, por lo que forzar el sistema más allá de lo recomendado solo genera gasto sin que tú sientas una mejora proporcional en confort.
Aquí es donde entra en juego el control inteligente: ajustar uno o dos grados arriba o abajo dentro del rango óptimo puede ayudarte a ahorrar fácilmente decenas de euros al mes. Todo suma, especialmente si lo mantienes constante a lo largo del año.
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Y como siempre, llevar un seguimiento de tu gasto energético desde tu cuenta bancaria con herramientas como bunq puede darte una visión clara para detectar esos momentos en los que te estás pasando sin darte cuenta.
Así que ya sabes, no es solo cuestión de grados, sino de euros. Cuida cada ajuste y tu bolsillo lo notará.
Consejos para maximizar el ahorro energético con el aire acondicionado
Ya hemos visto cómo la temperatura influye directamente en tu consumo eléctrico. Pero el verdadero ahorro no solo depende de cuántos grados pongas en el termostato, sino también de cómo usas y cuidas tu sistema de climatización. Aquí tienes varios trucos sencillos pero efectivos para exprimir al máximo la eficiencia de tu aire acondicionado.
1. Haz mantenimiento regular
Uno de los errores más comunes es olvidarse del mantenimiento. Limpiar los filtros cada mes y revisar el estado del equipo al menos una vez al año puede marcar la diferencia. Un filtro sucio fuerza el sistema a trabajar más, lo que aumenta el gasto y reduce la vida útil del aparato.
2. Usa el modo ECO
La mayoría de los aires modernos incluyen una función ECO o de bajo consumo. Activarla permite mantener una temperatura estable sin que el compresor funcione a tope todo el tiempo, lo cual reduce notablemente el consumo sin perder confort.
3. Mejora el aislamiento de tu hogar
No sirve de mucho tener el aire a la temperatura ideal si el calor o el frío se escapan por ventanas o puertas. Asegúrate de que los marcos estén bien sellados y usa cortinas térmicas o burletes. Así, mantendrás el ambiente estable sin necesidad de subir o bajar más grados.
4. Complementa con ventiladores
Un ventilador de techo o de pie puede ayudarte a distribuir mejor el aire frío o caliente, permitiendo que la sensación térmica sea uniforme sin necesidad de aumentar la potencia del aire. Este truco es barato, efectivo y cómodo.
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Aplicando estos consejos, no solo estarás cuidando tu equipo y alargando su vida útil, también estarás bajando tu factura mes a mes. Además, si quieres tener un control aún más detallado de lo que gastas en climatización, bunq te permite etiquetar y monitorizar tus gastos automáticamente, lo que te ayuda a detectar patrones y ajustar hábitos fácilmente.