Los términos «oso» y «toro» se utilizan a menudo para describir las acciones y actitudes generales o el sentimiento de un solo activo o del mercado en su conjunto. Los inversores utilizan los términos «oso» o «toro» para describir su sentimiento hacia determinados valores o mercados financieros.
Un mercado bajista es un descenso del precio, normalmente durante unos meses, de un solo valor o activo, de un grupo de valores o de todo el mercado de valores. Un mercado alcista, en cambio, se refiere a una subida de precios. Normalmente, un cambio del 20% o más desde el último máximo o mínimo desencadena un mercado bajista o alcista «oficial».
Puntos clave
- Un mercado alcista es un mercado ascendente que goza de buena salud financiera, mientras que un mercado bajista es un mercado descendente en el que la mayoría de las acciones pierden valor.
- El origen real de estas expresiones no está claro, pero una de las razones podría ser que los toros atacan estirando los cuernos hacia arriba, mientras que los osos atacan balanceando las patas hacia abajo.
- Una segunda explicación se refiere a los primeros participantes en el mercado de valores y a cómo podrían beneficiarse de una tendencia alcista o bajista. Mercado alcista clásico y mercado bajista clásico
¿De donde surgen los conceptos de osos y toros?
Aunque los términos son relativamente fáciles de entender, el impacto que un mercado alcista o bajista puede tener en tu cartera y en tu patrimonio es innegable. Ambos animales son conocidos por su increíble e imprevisible poder, por lo que la imagen asociada a la volatilidad bursátil es ciertamente acertada.
El origen no esta muy claro. He aquí dos de las explicaciones más comunes que se dan:
- Los términos «oso» y «toro» derivan probablemente de la forma en que ambos animales atacan a sus oponentes. Es decir, un toro lanza sus cuernos al aire, mientras que un oso los arroja al suelo. Estas acciones se vincularon entonces metafóricamente al movimiento de un mercado. Si la tendencia era al alza, se consideraba un mercado alcista. Si la tendencia era a la baja, era un mercado a la baja.
- En el pasado, los intermediarios del comercio de pieles de oso vendían pieles que aún no habían recibido. Por tanto, estimaron el futuro precio de compra de estas pieles a los tramperos y esperaron que bajara. Los tramperos se beneficiaban de la brecha, es decir, de la diferencia entre el precio de compra y el de venta. Estos intermediarios se conocieron como «bearkers», abreviatura de «bear jobbers», y el término ha perdurado para describir un descenso del mercado. Como los osos y los toros se consideraban opuestos debido al antiguo deporte de sangre popular de las corridas de toros, el término toro es lo contrario de oso.
Pruebas literarias del oso
Según Merriam Webster, el término oso apareció por primera vez:
«Los etimólogos hacen referencia a un proverbio que advierte sobre el peligro de «vender la piel del oso antes de atraparlo». En el siglo XIX, el término piel de oso se utilizaba en la expresión «vender (o comprar) piel de oso» y en el sustantivo «bearskin jobber», que se refiere a una persona que vende piel de oso.
Con el tiempo, el término «traficante de pieles de oso» se acortó simplemente a «oso» y la definición se extendió a los mercados financieros, donde «oso» se refiere a un especulador que vende acciones. Una de las primeras menciones del término «oso» para describir una transacción de mercado procede de Richard Steele, editor del periódico literario y social británico The Tatler, en 1709. En un ensayo, Steele define al «oso» como una persona que da valor real a un objeto imaginario y se dice que «vende osos».
Está imagen respecto a los osos tambiñen la podemos observar en libro de Daniel Defoe “La historia política del diablo del año 1726.
En este libro Defoe escribe: «…todo intrigante, todo falso amigo, todo impostor secreto, todo vendedor de pieles de oso tiene una pierna rota».
Relatos literarios sobre el toro
En cambio, el término «toro» tiene una connotación mucho más positiva que «oso» en el contexto de los mercados financieros. El mercado alcista y los especuladores alcistas se refieren a las compras especulativas con la esperanza de que los precios de las acciones suban.
Esta asociación con la especulación parece tener su origen, al menos en parte, en los macabros deportes de sangre de los espectáculos de toros y osos. Estos concursos se iniciaron en la Edad Media, hacia el año 1200, y alcanzaron su máxima popularidad en la época isabelina. La gente acudía a estos eventos y apostaba por el resultado, apostando grandes sumas de dinero en un concurso con un toro o un oso. No es difícil ver cómo esto se corresponde con el uso de estos términos en la especulación bursátil actual.
Las obras de Shakespeare tratan de peleas entre toros y osos. En Macbeth, el desventurado personaje del título dice que sus enemigos le han atado a una estaca, pero que «como un oso debo luchar en la marcha». En «Mucho ruido y pocas nueces», el toro es un animal feroz, pero amable:
«Creo que piensa en el toro salvaje. Tranquilo, no tengas miedo, amigo, adornaremos tus cuernos con oro. Y toda Europa se alegrará contigo, como antes se alegró Europa con Júpiter, Cuando interpretó a la noble bestia enamorada».
