Si incluyes un gasto que no es deducible como autónomo, te arriesgas a que Hacienda lo detecte y te obligue a corregirlo. Esto significa que tendrás que devolver la cantidad indebidamente deducida, junto con recargos e intereses. En algunos casos, esos recargos pueden superar incluso el importe del gasto que intentaste desgravar. Es una situación que se puede complicar mucho si la Agencia Tributaria entiende que has actuado con mala fe o intencionalidad.
La realidad es que no todos los errores acaban en sanción. Según una sentencia reciente del Tribunal Supremo, Hacienda no puede sancionar por sistema: tiene que probar que hubo dolo o negligencia por parte del autónomo. Si el error se debió a una interpretación razonable o a una falta de documentación pero sin mala intención, podrían exigirte la devolución del importe, pero no sancionarte. Eso sí, conviene tener cuidado porque si se repiten estos errores, es más fácil que Hacienda vea un patrón sospechoso.
Entre los gastos que nunca puedes deducir están las multas, sanciones administrativas, donaciones, liberalidades o pérdidas relacionadas con el juego. Intentar incluir alguno de estos conceptos como deducible puede derivar directamente en una inspección y en sanciones adicionales. También hay otros que están en una zona gris, como el uso del coche personal o los gastos del hogar, que solo pueden deducirse en proporción al uso profesional y si están bien justificados.
La mejor forma de evitar problemas es llevar una contabilidad clara y separar tus cuentas personales de las profesionales. Para eso, abrir una cuenta específica como autónomo en un banco que te ofrezca soluciones adaptadas es un paso clave que te puede ahorrar muchos dolores de cabeza en el futuro.
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