Sí, puedes deducirte la compra de mobiliario para tu despacho como autónomo, siempre que ese mobiliario esté destinado de forma exclusiva a tu actividad profesional. Es decir, si compras una silla ergonómica, un escritorio o una estantería para usar solo en tu espacio de trabajo, podrás incluirlo como gasto deducible en el IRPF. Además, también podrás desgravar el IVA correspondiente, siempre que el mobiliario no se utilice para fines personales y esté correctamente justificado mediante una factura completa.
Un aspecto clave para que Hacienda acepte esta deducción es que el despacho esté afecto a la actividad económica. Si trabajas desde casa, deberás haber comunicado previamente a Hacienda a través del modelo 036 o 037 qué parte de tu vivienda está destinada a uso profesional, indicando los metros cuadrados y su proporción respecto al total de la vivienda. Sin este paso, Hacienda puede interpretar que no hay afectación del inmueble y, por tanto, rechazar la deducción del mobiliario.
Es importante que las facturas del mobiliario vayan a tu nombre como autónomo, tengan todos los datos fiscales completos y reflejen que están vinculadas a tu actividad. Además, tendrás que registrar estos gastos en tu contabilidad dentro del apartado correspondiente. No vale con presentar un ticket de compra ni incluir mobiliario que se usa también para fines personales, como podría ser el sofá del salón aunque trabajes allí ocasionalmente. Todo debe estar bien delimitado y justificado.
En definitiva, siempre que el mobiliario sea estrictamente profesional, esté bien documentado y el despacho esté declarado como parte afectada a tu actividad, podrás deducir tanto el gasto en el IRPF como el IVA soportado. Es una forma muy eficaz de reducir la carga fiscal si trabajas desde casa o has acondicionado un espacio propio para ejercer como autónomo.
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