Si tributas por estimación directa, el cálculo de tus impuestos se hace en base a la diferencia entre ingresos y gastos reales. Es decir, se tributa según el beneficio neto que realmente generas como autónomo. Dentro de esta modalidad existe una opción simplificada para quienes facturan menos de 600.000 € al año, donde incluso puedes aplicar una deducción del 5 % (con un máximo de 2.000 €) por gastos de difícil justificación. Este régimen implica llevar una contabilidad más detallada, con libros de ingresos, gastos y facturas, además de presentar trimestralmente el modelo 130 de IRPF y el modelo 303 de IVA, si estás obligado. Es más transparente, pero también más exigente en cuanto a gestión.
En cambio, si estás en el régimen de estimación objetiva (conocido como “módulos”), tus impuestos no se basan en lo que realmente ganas o gastas, sino en unos parámetros fijos establecidos por Hacienda. Estos parámetros varían según tu actividad, y pueden ser metros cuadrados del local, número de empleados, consumo eléctrico, entre otros. Este sistema está pensado para actividades muy concretas como transporte, peluquerías, comercio minorista o algunos servicios de hostelería, siempre que no superes ciertos límites de ingresos y facturación. El gran atractivo es que simplifica la gestión, ya que pagas una cantidad fija cada trimestre, independientemente de lo que realmente hayas ingresado o gastado.
Ahora bien, los módulos solo son viables si cumples con las condiciones establecidas: no facturar más de 250.000 € al año en total, no superar los 125.000 € facturados a empresas, y no haber renunciado voluntariamente en ejercicios anteriores. Si tu actividad encaja y tienes pocos gastos deducibles, los módulos pueden ser una opción rentable y cómoda. Pero si tienes muchos gastos justificables, la estimación directa te va a permitir pagar menos impuestos, al tributar sobre un beneficio más ajustado a tu realidad.
Ten en cuenta que cambiar de un régimen a otro no se puede hacer en cualquier momento. Hay que solicitarlo en los plazos establecidos (generalmente durante diciembre del año anterior), y una vez hecho el cambio, deberás mantener ese régimen durante al menos tres años. Elegir entre módulos o estimación directa depende totalmente de la estructura de tu negocio, así que es clave hacer números antes de decidir.
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