Cuando tomas la decisión de constituir una sociedad limitada y dejar atrás la figura de autónomo, el primer cambio que notarás en la facturación es el sujeto emisor: ahora emitirás las facturas bajo la razón social de la SL, con su propio NIF, en su cuenta bancaria y con el capital social depositado. Esto implica actualizar los datos de facturación en tus clientes y contratos. Además, deberás darte de alta en Hacienda con la actividad a nombre de la sociedad (modelo 036 o 037) y modificar tu registro en la Seguridad Social: si como administrador te conviertes en “autónomo societario” seguirás cotizando, pero con el modelo TA521 correspondiente.
Otro punto clave es la tributación. Hasta aproximadamente 40.000‑50.000 € de beneficios anuales, como autónomo tributas por IRPF con tipos progresivos que pueden llegar al 45 %. En cambio, la SL tributará por el Impuesto de Sociedades con un tipo fijo del 25 %, o incluso del 15 % si es una empresa de nueva creación durante los dos primeros ejercicios. Por eso, si tienes beneficios elevados, será más conveniente facturar a través de la sociedad para optimizar fiscalmente tus ingresos.
En cuanto a la facturación en sí, a partir de 2026 será obligatorio emplear sistemas compatibles con Verifactu tanto para autónomos como sociedades. Esto significa utilizar un software homologado que garantice que cada factura genera un registro inalterable y se transmite a Hacienda. También puedes optar por la aplicación gratuita de la AEAT. Las facturas deberán contener el nuevo formato, código QR y cumplir requisitos de integridad y custodia de datos. El incumplimiento acarrea sanciones que pueden llegar a varios miles de euros.
Por último, recuerda que operar como sociedad implica también mayores obligaciones administrativas. Tendrás que adaptar los contratos, contabilidad y facturación electrónica al nuevo marco legal e incluir en la base datos de clientes de la SL. Esto conlleva más costes en asesoría, gestoría y auditorías si aplican. Sin embargo, también mejoras en imagen frente a proveedores o grandes clientes, mayor capacidad de crecimiento y protección del patrimonio personal.
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