¿Qué son los dividendos y cómo se calculan?
Los dividendos son pagos que una empresa realiza a sus accionistas como forma de repartir parte de sus beneficios. Es decir, cuando una compañía genera ganancias, puede decidir reinvertirlas en su crecimiento… o repartir una parte de ellas entre sus propietarios: los accionistas. Ese reparto es lo que conocemos como dividendo.
Desde la perspectiva del inversor, recibir dividendos significa obtener una rentabilidad adicional al posible aumento del precio de las acciones. En esencia, es un ingreso pasivo derivado de la inversión en bolsa.
¿Cómo se calcula el dividendo?
El cálculo del dividendo es muy sencillo. Se toma el beneficio neto obtenido por la empresa en un periodo determinado (normalmente el año fiscal) y se decide qué porcentaje de ese beneficio se va a distribuir entre los accionistas. Ese porcentaje se llama “payout ratio”.
Una vez decidido el importe total a repartir, se divide entre el número total de acciones en circulación. El resultado es el dividendo por acción (DPA).
🔍 Por ejemplo:
Si una empresa ha ganado 100 millones de euros y decide repartir el 40 % como dividendo, eso serían 40 millones. Si tiene 20 millones de acciones en circulación, cada acción recibirá 2 € de dividendo.
Dividendos en empresas españolas
En España, muchas empresas cotizadas del IBEX 35 reparten dividendos de forma regular. Algunas lo hacen trimestralmente, otras dos veces al año y otras una sola vez. Este reparto puede realizarse en efectivo o en forma de nuevas acciones (lo veremos más adelante).
Para ti como inversor, lo importante es saber que el dividendo es una fuente real de rentabilidad, y que forma parte esencial de muchas estrategias de inversión a largo plazo.
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Impacto en el precio de la acción
Una vez entendemos qué son los dividendos y cómo se calculan, es clave saber cómo afectan directamente al precio de las acciones. Este impacto es inmediato y visible en el mercado, sobre todo en la fecha ex‑dividendo.
¿Qué ocurre en la fecha ex‑dividendo?
La fecha ex‑dividendo es el día a partir del cual, si compras acciones de una empresa, ya no tienes derecho a recibir el próximo dividendo. Esto tiene una consecuencia directa: el precio de la acción se ajusta automáticamente a la baja.
Ese ajuste es, normalmente, igual al valor del dividendo que se va a pagar. Por ejemplo, si una acción cotiza a 20 € y se va a repartir un dividendo de 1 €, el precio ajustado en la fecha ex‑dividendo será de aproximadamente 19 €. Es decir, el mercado “descuenta” que el inversor ya no tiene derecho a ese ingreso.
Este ajuste no es una pérdida real, ya que el valor que se descuenta lo recibes tú como dividendo. Pero es importante tenerlo en cuenta si compras o vendes cerca de esa fecha, ya que puede influir en tu estrategia.
Modelos teóricos: lo que dicen los economistas
Existen varias teorías que intentan explicar este comportamiento. Dos de las más conocidas son:
Modigliani‑Miller
Según este modelo, en un mercado perfecto sin impuestos ni costes de transacción, la política de dividendos no afecta al valor total de la empresa. Es decir, si se reparten dividendos o no, el valor combinado de tus acciones más lo que recibes como dividendo debería ser el mismo. Lo importante, según esta teoría, es el flujo total de valor, no su forma.
Teoría de la señalización
Otra visión, muy utilizada en la práctica, es la teoría de señales. Aquí se considera que los dividendos envían un mensaje al mercado. Si una empresa reparte o incrementa su dividendo, puede interpretarse como una señal de que tiene una situación financiera sólida. En cambio, si lo reduce o lo elimina, puede verse como una señal de alerta.
Teoría de agencia
También es relevante la teoría de agencia, que sugiere que el reparto de dividendos reduce la cantidad de capital en manos de los gestores, lo que puede limitar malas decisiones o excesos, alineando así mejor los intereses con los de los accionistas.
Conclusión
Después de analizar cómo funcionan los dividendos y cómo impactan en el valor de las acciones, podemos sacar conclusiones clave para cualquier inversor que opere en el mercado español.
El dividendo no es solo un ingreso extra, es una herramienta que refleja la salud financiera de la empresa y su compromiso con el accionista. Además, tiene un efecto real y directo sobre el precio de las acciones, especialmente en fechas concretas como el ex‑dividendo.
Pero lo más importante es entender que no todas las empresas que reparten dividendos son buenas inversiones, ni todas las que no lo hacen son malas. Lo fundamental es analizar la sostenibilidad de ese dividendo en el tiempo, su regularidad y la política de reparto de la compañía.
Desde Finantres, te recomendamos tener siempre en cuenta:
- La estabilidad de los dividendos, más que su tamaño puntual.
- La relación entre dividendos y beneficios reales (el payout no debe estar forzado).
- La estrategia fiscal, ya que la tributación en España puede afectar a tu rentabilidad neta.
- Y por supuesto, usar herramientas y brokers especializados que te permitan automatizar reinversiones o cobrar dividendos de forma eficiente.