¿Qué son los dividendos entre empresas?
Cuando hablamos de dividendos entre empresas, nos referimos a la distribución de beneficios que una sociedad realiza a favor de otra sociedad que es accionista o socia de la primera. Es decir, no se trata de dividendos repartidos a personas físicas, sino a otras compañías que tienen participación en el capital de la empresa que reparte los beneficios.
Este tipo de dividendos juega un papel clave en el mundo empresarial y financiero, especialmente cuando hablamos de estructuras corporativas complejas, como grupos empresariales, holdings o matrices con filiales. En estos casos, la redistribución de beneficios permite canalizar recursos, optimizar la fiscalidad del grupo y reforzar el control económico de la empresa matriz sobre sus participadas.
Desde el punto de vista estratégico, el reparto de dividendos entre empresas facilita una gestión eficiente del capital dentro del grupo. Por ejemplo, una empresa matriz puede recibir dividendos de sus filiales y reinvertir esos fondos en nuevos proyectos, reducir deuda o redistribuir capital entre otras filiales que lo necesiten.
Además, los dividendos entre empresas pueden ser una herramienta para planificar fiscalmente de forma legal y eficiente, ya que en España existen exenciones y deducciones específicas cuando una sociedad recibe dividendos de otra, siempre que se cumplan ciertos requisitos legales.
En resumen, los dividendos entre empresas no son solo una forma de repartir ganancias, sino también un mecanismo estratégico que permite a las empresas reorganizar recursos, planificar fiscalmente y reforzar su estructura corporativa.
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Marco legal en España: Ley de Sociedades de Capital
Una vez entendemos qué son los dividendos entre empresas y su importancia estratégica, es fundamental conocer el marco legal que regula su distribución en España. Toda empresa debe respetar una serie de requisitos legales y contables antes de poder repartir beneficios a sus socios, y estos están recogidos principalmente en la Ley de Sociedades de Capital (LSC).
Requisitos formales y contables previos al reparto
Antes de distribuir dividendos, la sociedad debe asegurarse de que el beneficio contable sea real y esté debidamente aprobado. Estos son los principales puntos que exige la normativa:
- Reserva legal: La empresa está obligada a destinar al menos el 10 % del beneficio anual hasta que esta reserva alcance el 20 % del capital social. Solo una vez cubierta esta reserva puede pensarse en repartir dividendos.
- Patrimonio neto: El patrimonio neto de la empresa, tras el reparto, no puede quedar por debajo del capital social. Es decir, el reparto no puede poner en peligro la estabilidad económica de la empresa.
- Inversiones en I+D u otras reservas estatutarias: Si la sociedad tiene estatutariamente establecida alguna reserva obligatoria (como fondos para investigación y desarrollo), deben cubrirse antes de repartir dividendos. Esto garantiza que se respetan los compromisos internos y legales adquiridos por la empresa.
Además, es obligatorio que los administradores presenten un informe de liquidez cuando se trate de dividendos a cuenta, asegurando que la sociedad podrá cumplir con sus obligaciones tras el reparto.
Diferencias entre Sociedad Limitada (SL) y Sociedad Anónima (SA)
El tipo de sociedad también influye en cómo se pueden repartir los dividendos:
- Sociedad Limitada (SL): Tiene un régimen más rígido. Por ejemplo, el reparto de dividendos anticipados está más limitado y suele requerir un control más exhaustivo por parte de los socios. En muchos casos, los estatutos marcan condiciones adicionales que deben cumplirse antes de distribuir beneficios.
- Sociedad Anónima (SA): Tiene mayor flexibilidad, especialmente en sociedades cotizadas. En este tipo de empresas, el reparto de dividendos puede ser más habitual y frecuente, y se permite incluso en forma de dividendos flexibles o en acciones.
En ambos casos, la clave es que el reparto siempre se haga respetando el principio de conservación del capital y de acuerdo a lo aprobado por la Junta General de Socios o Accionistas.
Conocer y cumplir estos requisitos no solo evita sanciones o impugnaciones por parte de socios, sino que garantiza una distribución de beneficios legal, segura y financieramente saludable.
Estructuras fiscales: holdings y exenciones
Una vez cumplidos los requisitos legales y contables para repartir dividendos entre empresas, entra en juego uno de los aspectos más estratégicos del proceso: la planificación fiscal. Y aquí es donde las estructuras “holding” cobran protagonismo.
Beneficios del uso de una “holding” para optimizar la fiscalidad
Una sociedad holding es aquella que posee participaciones significativas en otras empresas y su función principal es gestionar y controlar esas inversiones. En el contexto de los dividendos, estas estructuras se utilizan con un claro objetivo: minimizar la carga fiscal derivada del reparto de beneficios.
En España, el uso de holdings permite aplicar una exención en el Impuesto sobre Sociedades sobre los dividendos recibidos, siempre que se cumplan ciertos requisitos:
- Participación significativa: La sociedad holding debe tener al menos el 5 % del capital de la empresa que reparte dividendos, o una inversión mínima de 20 millones de euros, durante un mínimo de un año ininterrumpido.
- Residencia fiscal: Ambas empresas deben ser residentes fiscales en España o en países con convenio de doble imposición con cláusula de intercambio de información.
Cumpliendo estas condiciones, los dividendos recibidos por la holding están exentos de tributación en su totalidad o en un 95 %, lo que permite reaprovechar ese capital para reinvertirlo, financiar otras filiales o mejorar la eficiencia del grupo empresarial.
Este mecanismo convierte a las holdings en una herramienta muy potente para empresas con múltiples filiales o aquellas que buscan consolidar beneficios sin tributar repetidamente por ellos en cada nivel corporativo.
Además, permite una gestión más centralizada de los recursos del grupo, simplifica la fiscalidad y mejora el control financiero desde la matriz. Por ello, en el mundo empresarial español, cada vez más grupos adoptan este tipo de estructuras para optimizar su rentabilidad y reducir carga fiscal de forma totalmente legal.
Procedimiento para distribuir dividendos entre empresas
Una vez estructurada correctamente la empresa y teniendo clara la estrategia fiscal, llega el momento de ejecutar el reparto de dividendos. Este proceso no es automático ni informal: está regulado y debe cumplir una serie de pasos obligatorios para ser legalmente válido.
A continuación, te presento la tabla más clara y completa sobre el procedimiento para distribuir dividendos entre empresas en España. Ideal para asegurarte de no omitir ningún detalle crítico:
Paso | Descripción | ¿Quién interviene? | Notas clave |
---|---|---|---|
1. Cierre del ejercicio | Se realiza el cierre contable del año y se determina el beneficio neto disponible. | Departamento financiero | El resultado debe estar auditado si la sociedad lo exige legalmente. |
2. Convocatoria de Junta | Se convoca la Junta General de Socios o Accionistas para decidir sobre la aplicación del resultado. | Administradores | Debe respetar los plazos legales y estatutarios. |
3. Propuesta de reparto | Los administradores formulan una propuesta de distribución de beneficios. | Consejo de administración o administrador único | Debe incluir destino de reservas y dividendos. |
4. Informe de liquidez | Si se reparten dividendos a cuenta, es obligatorio justificar la existencia de liquidez. | Administradores | Este informe debe ser veraz y documentado. |
5. Aprobación en Junta | La Junta General aprueba, modifica o rechaza la propuesta. | Socios o accionistas | Se requiere mayoría según estatutos. |
6. Publicación del acuerdo | El acuerdo puede hacerse público si es una SA, especialmente si cotiza en Bolsa. | Empresa | En el BORME si procede. |
7. Pago de dividendos | Se establece la fecha de pago y se realiza la transferencia a las cuentas de los socios. | Departamento financiero | Debe hacerse en el plazo fijado por la Junta. |
8. Declaración fiscal | Se presenta el Modelo 123 y, si procede, se realiza la retención correspondiente. | Asesoría fiscal / gestoría | Especial atención si hay socios extranjeros. |
Este proceso asegura que el reparto de dividendos sea legal, transparente y fiscalmente correcto, evitando problemas con Hacienda o entre los socios. Además, seguirlo al pie de la letra transmite seguridad jurídica a todos los niveles dentro del grupo empresarial.
Procedimiento para distribuir dividendos entre empresas
Después de tener clara la estructura fiscal y haber comprobado que se cumplen todos los requisitos legales y contables, llega el momento de llevar a cabo el reparto de dividendos de forma operativa. Este procedimiento está claramente regulado y debe seguir una serie de pasos imprescindibles para que el reparto sea válido, tanto legal como fiscalmente.
Junta General: punto de partida obligatorio
El proceso comienza con la convocatoria de la Junta General de Socios o Accionistas, donde se tomará la decisión formal sobre el destino del resultado del ejercicio. En esta junta se somete a votación la propuesta de distribución de beneficios, que debe haber sido elaborada previamente por los administradores de la sociedad.
Sin la aprobación de la Junta, ningún reparto de dividendos puede considerarse válido.
Aprobación de la distribución
Una vez celebrada la Junta, y si la propuesta es aprobada por la mayoría correspondiente (según lo indicado en los estatutos de la empresa), se da luz verde al reparto. Este acuerdo debe reflejarse por escrito en el acta y conservarse junto con la documentación contable y fiscal.
Informe de liquidez: requisito si se reparten dividendos anticipados
Si se decide realizar un reparto de dividendos a cuenta (es decir, antes de cerrar el ejercicio fiscal), la ley exige que los administradores elaboren un informe de liquidez. En este documento deben justificar que la empresa tiene fondos suficientes para hacer frente al pago sin comprometer su estabilidad financiera.
Este paso es especialmente relevante en empresas que quieran anticipar dividendos sin haber cerrado todavía el año.
Plazos y ejecución del pago
Una vez aprobado el reparto, la empresa debe establecer la fecha de pago, que puede fijarse el mismo día de la Junta o en una fecha posterior. A partir de ahí, se emiten las transferencias a las cuentas bancarias de los socios, en función de su porcentaje de participación.
No menos importante, es obligatorio presentar el Modelo 123 ante la Agencia Tributaria para declarar el reparto y aplicar, si procede, las retenciones correspondientes. Este modelo debe presentarse dentro del mes natural siguiente al reparto, salvo que exista una exención reconocida.
Cumplir con este procedimiento no solo es una cuestión legal, sino también de transparencia y confianza dentro del grupo empresarial, evitando conflictos entre socios y problemas con Hacienda.
Conclusión y recomendaciones estratégicas
Tras conocer en profundidad el proceso legal, fiscal y operativo para distribuir dividendos entre empresas, es momento de reflexionar sobre cómo aprovechar esta herramienta de forma estratégica dentro de cualquier estructura empresarial.
El reparto de dividendos entre compañías no solo es un mecanismo para distribuir beneficios. Bien gestionado, es una potente palanca para sumar valor al grupo, reforzar su cohesión y optimizar la carga fiscal sin salir del marco legal.
Una distribución bien diseñada permite que las empresas matrices puedan redistribuir capital de forma eficiente, financiar otras filiales, o reducir endeudamiento. Esto contribuye a crear una estructura corporativa más sólida, ágil y competitiva.
Además, si se utiliza una estrategia fiscal bien planificada, especialmente a través de holdings y estructuras de control, el impacto fiscal puede minimizarse de forma notable, permitiendo que más recursos queden disponibles para reinversión o reparto adicional.
Nuestra recomendación es clara: invierte tiempo en planificar la distribución de dividendos con asesoramiento especializado. No se trata solo de cumplir la ley, sino de convertir este proceso en una ventaja estratégica real que aporte cohesión, liquidez y crecimiento al conjunto de la empresa.
Y recuerda, cada decisión que tomes hoy puede marcar la rentabilidad de mañana.