Como autónomo en España, el tipo de actividad que declares (ya sea profesional o empresarial) marca la forma en la que debes facturar, tanto a nivel de impuestos como en tus obligaciones formales. Al darte de alta en Hacienda, debes seleccionar uno o varios epígrafes del IAE (Impuesto de Actividades Económicas), y ese detalle condiciona aspectos clave como si debes aplicar retenciones en tus facturas o el régimen de IVA que se te asigna. Por ejemplo, si tu actividad está clasificada como profesional, estás obligado a aplicar una retención de IRPF en tus facturas cuando trabajas con empresas o profesionales. En cambio, si realizas una actividad empresarial, no tienes que aplicar esa retención. Este pequeño matiz cambia totalmente tu día a día administrativo.
Si eres profesional y estás empezando, durante los tres primeros años puedes aplicar una retención reducida del 7 % en vez del 15 % habitual. Esta diferencia supone un alivio fiscal importante en los comienzos. Además, debes tener en cuenta que las actividades profesionales se asocian a la obligación de presentar trimestralmente el modelo 130 para declarar el IRPF por estimación directa, mientras que en actividades empresariales esta obligación puede variar según tu volumen de ingresos. A nivel práctico, todo esto influye en cómo estructuras tus facturas, qué modelos presentas a Hacienda y la periodicidad de tus obligaciones fiscales.
Otro punto clave está en el IVA. Según la actividad, deberás aplicar el tipo general (21 %), el reducido (10 %) o incluso el superreducido (4 %). Además, hay actividades completamente exentas de IVA, como ocurre con muchos servicios sanitarios, educativos o formativos. En esos casos, aunque no incluyas el IVA en las facturas, sigues estando obligado a llevar un control contable y declarar tus ingresos y gastos. También hay actividades donde el régimen de recargo de equivalencia afecta al IVA si vendes productos a consumidores finales, como pasa en muchos comercios minoristas.
Si realizas varias actividades distintas —como por ejemplo combinar diseño gráfico con formación online— deberás darte de alta en varios epígrafes, emitir facturas según el régimen fiscal que toque en cada caso y llevar la contabilidad diferenciada. Esto se complica, pero también permite aprovechar ventajas fiscales diferentes según el tipo de ingreso. En este punto es esencial tener una cuenta bancaria que te permita gestionar por separado tus actividades, automatizar los impuestos y emitir facturas con retenciones correctamente configuradas.
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