Si solo das formación de manera esporádica, como una charla o un taller aislado, y te contrata una empresa o institución, no hace falta que estés dado de alta como autónomo. En estos casos, los ingresos se consideran rendimientos del trabajo, y será el pagador quien te aplique la retención correspondiente (normalmente un 15 %) y lo declare a Hacienda mediante el modelo 190. Tú solo tendrás que incluir ese ingreso en tu declaración de la renta. Este modelo es útil cuando se trata de colaboraciones puntuales y no tienes una estructura montada para impartir cursos de forma habitual.
La cosa cambia cuando impartes cursos con cierta regularidad, te anuncias por tu cuenta, gestionas inscripciones o incluso subes formaciones a plataformas. En ese caso, Hacienda lo considera actividad económica y, por tanto, sí debes darte de alta como autónomo. Tienes que inscribirte en el censo de empresarios con el modelo 036 o 037, y en la Seguridad Social en el RETA. Además, deberás emitir facturas por cada formación y declarar el IVA si corresponde (aunque hay excepciones, como los cursos homologados).
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Los cursos de formación reglada están exentos de IVA, pero si das clases particulares por tu cuenta o en formato online, puede que sí tengas que aplicar el 21 %. Aquí es clave revisar bien la naturaleza del curso. Para declarar estos ingresos como actividad económica, tendrás que presentar trimestralmente el modelo 130 (IRPF) y el modelo 303 (IVA), siempre que no estés en módulos. Además, a final de año, en la renta, estos ingresos aparecerán como rendimientos de actividades económicas.
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Algo que yo siempre recomiendo como autónomo es guardar bien todas las facturas relacionadas con la actividad: diseño de materiales, plataformas de formación, campañas de publicidad, e incluso tu asesoría. Todos estos gastos se pueden deducir si están correctamente documentados, lo que te ayuda a pagar menos impuestos. Además, si trabajas con TPV o vendes cursos online, es importante tener una cuenta bancaria optimizada para autónomos, que te facilite el control de los cobros y pagos.