Legalmente puedes darte de alta y de baja como autónomo todas las veces que necesites en un mismo año, ya que no existe un límite establecido por la Seguridad Social. Esto da mucha flexibilidad, sobre todo para quienes tienen una actividad intermitente o por campañas, como puede pasar en sectores como el turismo, la educación o los eventos. Ahora bien, aunque no hay un tope, sí hay matices importantes que debes tener en cuenta si no quieres llevarte sorpresas con las cuotas.
La clave está en la cotización. Solo durante las tres primeras veces que te des de alta en un mismo año natural puedes beneficiarte del pago proporcional por días trabajados. Es decir, si te das de alta el día 10 de un mes y te das de baja el día 20, solo pagarás por esos días. A partir de la cuarta alta, esta ventaja desaparece: la Seguridad Social te cobrará la cuota completa del mes aunque solo hayas estado unos días dado de alta. Esto puede hacer que no compense económicamente si tus ingresos son bajos durante esos periodos cortos.
Además, si estás disfrutando de la tarifa plana o de alguna bonificación, debes tener todavía más cuidado. En esos casos, si te das de baja pierdes la ayuda, y aunque vuelvas a darte de alta en el mismo año, ya no puedes recuperarla. Tendrías que esperar tres años para volver a acceder a este beneficio. Por eso, es fundamental planificar bien cada movimiento y valorar si merece la pena interrumpir la actividad o mantenerla activa aunque no estés facturando.
Si tu negocio tiene periodos de inactividad y necesitas darte de baja con frecuencia, es recomendable contar con una cuenta bancaria que te permita gestionar fácilmente esos cambios y tus finanzas en general.
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