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¿Qué es la Deducción por Doble Imposición de Dividendos?

Si estás invirtiendo fuera de España y cobras dividendos del extranjero, hay una deducción fiscal que puede ahorrarte mucho dinero cada año. La deducción por doble imposición de dividendos te permite evitar pagar impuestos dos veces por lo mismo y mejorar tu rentabilidad neta sin complicaciones. Aquí te explico cómo funciona y cómo aplicarla paso a paso.

En Finantres, siempre mantenemos nuestra independencia editorial. Nos regimos por altos estándares de integridad en todo lo que publicamos, pero este artículo puede incluir menciones a productos de nuestros socios. A continuación, te explicamos cómo obtenemos ingresos. Nuestra promesa en Finantres es asegurarnos de que todo lo que compartimos sea imparcial, preciso y confiable.

5 puntos clave

  • Evita tributar dos veces: puedes recuperar parte del impuesto pagado en el extranjero si inviertes fuera de España.

  • Cumple los requisitos legales: necesitas una participación mínima del 5 % o una inversión superior a 20 M €, y mantenerla al menos un año.

  • Elige entre exención o deducción: según el tipo de inversor y situación, una opción puede ser más ventajosa que la otra.

  • Decláralo correctamente en IRPF o IS: usa el Modelo 100 en particulares o aplica la deducción en el Impuesto sobre Sociedades.

  • Documentación y planificación fiscal: conservar los justificantes y planificar tu inversión te permitirá optimizar al máximo tus dividendos internacionales.

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¿Qué es la doble imposición de dividendos?

Cuando hablamos de doble imposición de dividendos, nos referimos a una situación fiscal en la que un mismo ingreso —en este caso, los dividendos que percibes por tus inversiones— es gravado más de una vez por diferentes administraciones tributarias.

Esto puede parecer injusto, y de hecho lo es si no se aplican las deducciones o exenciones correspondientes. Por eso es tan importante conocer bien este concepto si inviertes fuera de España.

Doble imposición interna

La doble imposición interna ocurre dentro del mismo país. En España, por ejemplo, una sociedad reparte dividendos a sus accionistas. Esos beneficios ya han tributado en el Impuesto de Sociedades y, cuando llegan a tus manos como inversor, vuelven a tributar en el IRPF.

Es decir, primero paga impuestos la empresa, y después tú como persona física. Aunque existen mecanismos para evitar este efecto, como reducciones en el IRPF, esta forma de imposición sigue siendo común cuando hablamos de empresas nacionales.

Doble imposición internacional

La doble imposición internacional, por su parte, afecta a los inversores que reciben dividendos de empresas extranjeras.

Imagina que tienes acciones de una empresa estadounidense o alemana. El país de origen suele aplicar una retención en origen sobre los dividendos. Luego, cuando ese ingreso llega a España, vuelve a tributar aquí en tu declaración de la renta.

Sin una deducción adecuada, estarías pagando impuestos dos veces sobre el mismo ingreso, una en el país extranjero y otra en España. Por eso existen los convenios de doble imposición y mecanismos específicos como la deducción por doble imposición internacional, que te ayudan a no perder rentabilidad innecesariamente.

Entender esta diferencia es clave para gestionar bien tus inversiones y para optimizar la carga fiscal de tus dividendos internacionales.

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Marco legal en España

Ahora que ya entiendes qué es la doble imposición y por qué puede afectar a tus dividendos, es momento de ver cómo la legislación española aborda este problema.

El marco jurídico que regula la deducción por doble imposición de dividendos en España está recogido en el artículo 32 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (LIS). Esta norma es la que permite a las empresas españolas evitar tributar dos veces por los beneficios obtenidos en el extranjero.

¿Qué establece la ley?

Para poder aplicar esta deducción, la ley exige que la empresa española haya recibido dividendos de otra entidad (filial o participada) y que cumpla al menos una de estas dos condiciones:

  • Tener una participación directa o indirecta de al menos el 5 % en la entidad extranjera.
  • O haber realizado una inversión en la entidad extranjera que supere los 20 millones de euros.

Esto significa que no todas las inversiones dan derecho automáticamente a esta deducción. Debes asegurarte de que tu participación cumple estos criterios.

Requisito de permanencia

Además, hay una condición adicional clave: la participación debe haberse mantenido durante al menos un año ininterrumpido. Este plazo puede cumplirse antes de recibir los dividendos o incluso después, siempre que esté previsto mantener la inversión ese tiempo.

Este requisito tiene una función clara: evitar deducciones fiscales en operaciones cortoplacistas. El objetivo es premiar las inversiones estables y estratégicas en el exterior.

¿Y si no cumples los requisitos?

Si no cumples ni el porcentaje mínimo ni el importe de inversión, no podrás aplicar esta deducción en el Impuesto sobre Sociedades. Sin embargo, podrías acogerte a otros mecanismos, como la deducción ordinaria por doble imposición internacional, aunque el tratamiento fiscal será menos ventajoso.

Este marco legal busca asegurar que las empresas que invierten fuera puedan recuperar parte de los impuestos pagados en el extranjero, pero siempre que haya un compromiso real y sostenido con esa inversión.

Conocer esta normativa no solo te ayuda a evitar errores en la declaración, sino que te permite planificar fiscalmente tus inversiones con visión internacional.

Mecanismos para eliminar la doble imposición

Una vez entendidos los requisitos legales, toca profundizar en los instrumentos que nos permite la ley para evitar pagar dos veces por los mismos beneficios. Y aquí es donde entran en juego los dos grandes mecanismos: la exención y la deducción.

Ambos buscan el mismo objetivo: evitar que tributes en España por dividendos sobre los que ya se ha pagado impuesto en el extranjero. Pero funcionan de manera muy distinta y es clave que los distingas bien.

Exención: no tributas en España

El mecanismo de exención implica que los dividendos percibidos no se incluyen en la base imponible del impuesto. Es decir, se considera que ese ingreso no existe a efectos fiscales en España.

Esta fórmula es habitual en el Impuesto sobre Sociedades para empresas que cumplen ciertos requisitos de participación y permanencia. Cuando se aplica la exención, el dividendo no tributa en absoluto en España, ya que se asume que el impuesto pagado en el extranjero es suficiente.

Es el mecanismo más ventajoso, pero no siempre se puede aplicar, especialmente si no se cumplen los porcentajes mínimos o si existen limitaciones específicas por tipo de inversión o país.

Deducción: crédito fiscal por impuesto pagado fuera

En cambio, la deducción sí implica declarar los dividendos como ingreso, pero permite restar del impuesto a pagar en España el importe ya pagado en el extranjero.

Es decir, tributas aquí, pero puedes aplicar un crédito fiscal por el impuesto ya abonado en el país de origen. La deducción será el menor entre el impuesto efectivamente pagado fuera y el que correspondería pagar en España por ese mismo dividendo.

Este sistema es más común en el IRPF de personas físicas y en casos en los que no se cumplen los requisitos para aplicar exención.

Límite del 50 % para grandes empresas

En el caso de empresas que facturen más de 20 millones de euros, existe una restricción importante: la deducción por doble imposición no podrá superar el 50 % de la cuota íntegra del impuesto.

Esto quiere decir que, aunque hayas pagado mucho impuesto en el extranjero, solo podrás descontarte hasta la mitad del impuesto que te corresponde pagar en España. Es una medida que busca limitar ventajas fiscales en grandes grupos empresariales, y obliga a planificar cuidadosamente las estructuras de inversión internacional.

En resumen, tanto la exención como la deducción permiten reducir la carga fiscal por dividendos extranjeros, pero debes analizar bien tu situación concreta: tipo de inversión, país de origen, volumen de ingresos y si aplicas como particular o empresa.

Saber elegir el mecanismo adecuado puede marcar la diferencia entre una fiscalidad optimizada y un sobrecoste innecesario.

Cálculo paso a paso de la deducción

Tras entender los mecanismos disponibles, ahora vamos a ver con detalle cómo calcular la deducción por doble imposición, tanto para empresas (IS) como para inversores particulares (IRPF), con un método claro y práctico.

🏢 1. En el Impuesto sobre Sociedades (IS)

  1. Identifica el impuesto extranjero pagado.
    Recibe el certificado o justificante del país de origen con el impuesto retenido sobre los dividendos.
  2. Determina el impuesto que correspondería en España.
    Aplica el tipo impositivo español al dividendo bruto para calcular cuánto deberías pagar aquí.
  3. Compara ambos valores.
    La deducción será siempre el menor de los dos importes: o lo pagado en el extranjero, o lo que habrías pagado en España.
  4. Aplica la deducción en la declaración.
    Ese importe se resta directamente de la cuota del IS, reduciendo tu impuesto final.

👤 2. En el IRPF para particulares

  1. Imputa los dividendos al 140 %.
    A efectos de cálculo, se eleva el 100 % del dividendo a 140 % para integrar parte del ahorro en la base general.
  2. Calcula tu impuesto teórico.
    Aplica el tipo medio efectivo de gravamen, calculado según tus niveles de renta general y de ahorro.
  3. Compara impuesto extranjero vs impuesto teórico.
    Como en el IS, la deducción será el menor entre:
    • Lo efectivamente retenido en el extranjero.
    • El impuesto que te correspondería pagar en España sobre ese ingreso (tipo medio).
  4. Aplica la deducción del 40 %.
    Sobre el ingreso imputado al IRPF, aplicas la deducción del 40 %, lo que se resta directamente de tu cuota íntegra.

🧮 Ejemplo práctico en IRPF

Supongamos que obtienes 1 000 € de dividendos en Alemania, con una retención en origen del 15 % (150 €).

ConceptoCálculo
Dividendo a declarar al 140 %1 000 € × 1,4 = 1 400 €
Tipo medio efectivo de gravamen (ejemplo 19 %)1 400 € × 0,19 = 266 €
Importe retenido en origen150 €
Deducción aplicableEl menor: 150 €
Cuota antes de deducción266 €
Cuota tras aplicar deducción266 € − 150 € = 116 €

Así, sólo pagas 116 € en España por esos dividendos — y evitas pagar doble.

✔️ Resumen del proceso

  • IS: deduces el menor entre el impuesto extranjero y el aplicable en España.
  • IRPF: imputas al 140 %, aplicas tipo medio, y deduces el menor importe extranjero, más reducción del 40 %.

Este enfoque paso a paso te ayudará a maximizar tus beneficios fiscales y evitar errores en la declaración. Una planificación correcta y documentación precisa suelen marcar una gran diferencia para tus inversiones internacionales.

Aplicación en IRPF: implicaciones para particulares

Después de ver cómo calcular la deducción, es fundamental saber cómo se refleja todo esto en tu declaración de la renta. Porque entender la teoría está bien, pero aplicarla correctamente en el Modelo 100 es lo que realmente te permitirá recuperar lo que te pertenece.

¿Dónde se declara en el Modelo 100?

Cuando haces tu declaración de IRPF, los dividendos extranjeros se incluyen en la base del ahorro, dentro de las rentas del capital mobiliario.

Tienes que seguir estos pasos:

  1. Incluir el dividendo bruto recibido (antes de impuestos).
  2. Reflejar la retención en el extranjero (la que te aplicaron al cobrar el dividendo).
  3. Declarar ese ingreso en la casilla 0029, que corresponde a dividendos e intereses.
  4. Luego, en las casillas 0583 a 0585, detallas los datos de la deducción por doble imposición internacional: país, importe retenido, y deducción aplicable.

Así, la Agencia Tributaria reconocerá esa deducción directamente en tu liquidación final, y reducirá el impuesto que debes pagar en España.

Ejemplo práctico paso a paso

Imagina que recibes 1 200 € en dividendos de una empresa canadiense, con una retención del 15 % en origen (180 €). Vamos a ver cómo lo reflejas:

  • En la casilla 0029, anotas los 1 200 € como ingreso bruto.
  • En la casilla correspondiente al país (0583), indicas “Canadá”.
  • En 0584, pones la retención extranjera efectuada: 180 €.
  • En 0585, el sistema te calcula automáticamente la deducción aplicable, que será el menor entre esos 180 € o el impuesto que pagarías aquí.

Si en España por esos dividendos deberías pagar, por ejemplo, 228 €, la deducción aplicable será de 180 €. Si aquí solo te corresponderían 150 €, se aplicará ese importe menor.

Cuestiones clave para particulares

  • Siempre necesitas justificar la retención extranjera. Aporta certificados o informes del broker.
  • Si no aplicas bien la deducción, acabarás pagando más IRPF del que deberías.
  • Utiliza el simulador Renta WEB para asegurarte de que la deducción está bien calculada.

Saber cómo plasmarlo en el Modelo 100 es lo que hace que todo el esfuerzo de calcular y planificar se traduzca en ahorro real en tu declaración. Así optimizas tu inversión sin complicaciones.

Ventajas y recomendaciones

Después de entender cómo aplicar la deducción en la práctica, toca ver qué beneficios concretos obtienes y cómo puedes sacar el máximo partido fiscal a tus dividendos extranjeros. La doble imposición puede parecer un obstáculo, pero bien gestionada, se convierte en una oportunidad de ahorro y planificación fiscal muy potente.

Aquí tienes una tabla clara, útil y directa con las ventajas principales y las mejores recomendaciones para que tomes decisiones inteligentes con tus inversiones internacionales:

Ventaja o RecomendaciónExplicación clara y útil para ti
Ahorro fiscal inmediatoAplicando la deducción, evitas pagar dos veces por el mismo ingreso, lo que se traduce en menos impuestos en tu declaración.
Mayor rentabilidad netaAl reducir la carga fiscal, los dividendos internacionales que recibes te rinden más dinero en mano, sin necesidad de aumentar la inversión.
Fomento de la diversificación internacionalAl saber que puedes deducirte la retención extranjera, te animas a invertir fuera de España sin miedo al castigo fiscal.
Compatibilidad con convenios fiscalesEspaña tiene acuerdos con muchos países para evitar la doble imposición. Aprovecharlos correctamente reduce el porcentaje retenido en origen.
Transparencia y trazabilidad ante HaciendaDeclarar correctamente te evita sanciones, requerimientos o errores futuros. Todo queda justificado y legalmente respaldado.
Planificación fiscal efectivaSi sabes cuándo y dónde aplicar la deducción, puedes planificar tus compras de acciones, fechas de cobro de dividendos y ventas de forma mucho más estratégica.
Usa brokers con informes fiscales clarosAlgunos brokers internacionales te dan certificados detallados para justificar las retenciones. Escoge plataformas que te faciliten esta documentación.
Guarda siempre los justificantes de retención extranjeraEs la prueba que necesitarás para aplicar la deducción. Sin ellos, Hacienda puede no aceptar la deducción y te tocaría tributar el total aquí.
Consulta a un asesor si tienes grandes importesEn casos de dividendos muy altos o situaciones complejas (como varios países), un profesional fiscal puede ayudarte a maximizar deducciones y evitar errores.
Revisa los convenios bilaterales antes de invertirNo todos los países aplican las mismas retenciones ni permiten los mismos créditos fiscales. Consulta el convenio con España para evitar sorpresas.

Como ves, aprovechar correctamente la deducción no solo es una cuestión legal, sino una forma inteligente de sacar más partido a tus inversiones internacionales, cuidando cada euro que ganas y declaras.

Conclusión

Como has visto a lo largo de esta guía, la deducción por doble imposición de dividendos es mucho más que una norma fiscal: es una herramienta fundamental para mejorar tu rentabilidad, reducir tu carga impositiva y potenciar tus inversiones internacionales con inteligencia.

Aplicarla correctamente te permite evitar tributar dos veces por el mismo ingreso, y eso se traduce en ahorro real, directo y legal. Ya seas un inversor particular o una empresa, esta deducción puede marcar una diferencia significativa en tus resultados netos.

Ahora bien, para sacarle todo el partido necesitas tener en cuenta tres acciones clave:

  • Revisa tus declaraciones anteriores. Asegúrate de que has declarado correctamente los dividendos extranjeros y que no estás perdiendo deducciones que te corresponden.
  • Busca asesoramiento profesional si lo necesitas. Sobre todo si manejas inversiones en varios países o cantidades elevadas. Un experto fiscal puede ayudarte a recuperar más y pagar menos.
  • Optimiza tu estructura de inversión. Conocer los convenios de doble imposición, los límites legales y las estrategias fiscales adecuadas te permite invertir fuera de España sin miedo al castigo fiscal.

En definitiva, si inviertes fuera de nuestras fronteras, no dejes que la fiscalidad internacional se convierta en un obstáculo. Transforma la deducción por doble imposición en tu aliada y dale a tus dividendos la rentabilidad que se merecen.

Preguntas frecuentes

Sí, puedes aplicar la deducción por doble imposición internacional también si los dividendos proceden de ETFs que distribuyen rendimientos y están domiciliados fuera de España. Lo fundamental es que esos dividendos hayan sufrido una retención fiscal en el país de origen, y que tú puedas justificarla documentalmente. En estos casos, la clave es tener el certificado fiscal del broker indicando la retención aplicada, para que Hacienda te permita aplicar la deducción correspondiente en tu IRPF.
Si recibes dividendos de distintos países, debes calcular la deducción por separado para cada uno de ellos. En la declaración del IRPF, cada país tendrá su propia línea dentro del apartado de deducciones por doble imposición internacional. Esto implica más trabajo, pero también te permite aprovechar al máximo la deducción específica según el convenio bilateral que España tenga con cada nación, lo que puede variar en porcentaje y condiciones.
En cuentas ómnibus o plataformas que no especifican claramente el país emisor de cada dividendo, puedes tener dificultades para aplicar la deducción correctamente. En estos casos, lo más recomendable es operar con brokers que emitan certificados fiscales detallados, donde se indique el país de origen de cada dividendo y la retención practicada. Sin esa información, Hacienda podría rechazar la deducción al no quedar acreditado el impuesto pagado fuera de España, lo que perjudicaría tu ahorro fiscal.

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Óscar López/Formiux.com

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