El momento ideal para darte de alta como autónomo es antes de comenzar cualquier tipo de actividad económica. Esto incluye no solo emitir una factura, sino también realizar compras para tu negocio, contratar servicios o incluso hacer acciones de promoción. Tanto Hacienda como la Seguridad Social exigen que estés dado de alta antes de empezar, y no cumplir con esto puede traerte problemas como sanciones o la pérdida de bonificaciones. Por tanto, la clave está en no esperar: si ya tienes claro que vas a iniciar tu actividad, lo más sensato es que te des de alta justo antes de arrancar.
Desde hace un tiempo, la Seguridad Social permite que gestiones el alta con hasta 60 días de antelación a la fecha de inicio, lo que es muy útil si quieres tener todo preparado con antelación. Eso sí, es importante que la fecha que pongas como inicio coincida con la del alta en Hacienda, porque si no, te pueden aplicar la cuota completa del mes entero aunque solo trabajes un par de días. Esto suele pasar cuando el alta se tramita fuera de plazo, y además podrías perder la posibilidad de acogerte a la tarifa plana de 80 euros durante los primeros 12 meses.
En este sentido, darte de alta en el último día del mes no siempre es buena idea. Muchas personas lo hacen pensando que así evitan pagar la cuota mensual, pero en realidad, si no se hace bien, puedes acabar pagando el mes completo sin haber trabajado todos los días. Por eso, lo más recomendable es darse de alta el mismo día que empieces a trabajar o el día anterior como muy tarde, para evitar malentendidos y asegurarte de que todo esté en regla desde el minuto uno.
Además, si estás comenzando y necesitas gestionar cobros o pagos de forma sencilla, te conviene abrir una cuenta profesional que se adapte a tu forma de trabajar.
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