Si trabajas como autónomo y haces videollamadas con clientes, puedes deducirte todos aquellos gastos que estén directamente relacionados con tu actividad profesional, siempre que estén bien justificados y registrados. En este caso, lo primero que debes tener en cuenta es la conexión a Internet y los servicios de telefonía. Si utilizas una línea exclusiva para el trabajo, tanto móvil como fija, puedes deducir el 100 % del gasto. Sin embargo, si compartes esa línea o conexión con uso personal, solo podrás desgravar el porcentaje correspondiente al uso profesional, y para eso es clave contar con una factura desglosada donde se especifique claramente la parte afectada a la actividad.
Si realizas estas videollamadas desde casa, también es posible deducir parte de los gastos de Internet, pero solo si has notificado previamente a Hacienda qué parte de tu vivienda está destinada a la actividad. En estos casos, podrás aplicar un 30 % sobre el porcentaje de metros cuadrados que hayas declarado como zona de trabajo. Este punto es importante porque Hacienda suele ser estricta y exige que todo esté bien documentado. En cambio, si trabajas desde una oficina o local afecto exclusivamente a tu actividad, los gastos en Internet y suministros se pueden deducir al 100 %.
Otro punto clave son los dispositivos y herramientas que usas para realizar las videollamadas: ordenador, webcam, auriculares, micrófono o incluso sillas ergonómicas si están pensadas para uso profesional. Todos estos pueden ser considerados gastos deducibles o inversiones amortizables, según el importe. También puedes incluir las suscripciones a plataformas como Zoom o Microsoft Teams, si tienen coste, siempre que se usen exclusivamente para trabajar con clientes. Este tipo de gastos se registran como servicios profesionales y puedes deducir el IVA siempre que la factura esté a tu nombre como autónomo.
Y no olvides que para que estos gastos sean aceptados por Hacienda deben figurar en tu contabilidad y contar con factura completa. Además, si estás en estimación directa simplificada, puedes aplicar un 5 % adicional en concepto de gastos de difícil justificación, lo cual te permite cubrir pequeños costes relacionados con el trabajo que no están claramente definidos pero sí afectan a tu actividad diaria. Mantener separadas tus cuentas personales de las profesionales también facilita mucho la gestión.
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