Cuentas infantiles: la guía definitiva para elegir la mejor opción para tu hijo

Descubre todo lo que necesitas saber para abrir, gestionar y sacar el máximo partido a una cuenta infantil. Compara ventajas, aprende a evitar comisiones y empieza hoy a construir el futuro financiero de tu pequeño.

Guía sobre Cuentas Infantiles

¿Qué es una cuenta infantil?

Una cuenta infantil es un producto bancario diseñado específicamente para menores de edad, normalmente desde recién nacidos hasta adolescentes, con el objetivo de gestionar, ahorrar y proteger su dinero bajo la supervisión de sus padres o tutores legales. No se trata de una simple “cuenta corriente” adaptada: es una herramienta pensada para iniciar a los más pequeños en la educación financiera, ofrecerles un lugar seguro donde guardar ahorros y, en algunos casos, obtener una pequeña rentabilidad.

  • Titularidad y representación legal
    El titular siempre es el menor, pero no puede operar por sí mismo hasta alcanzar la mayoría de edad. La gestión y disposición de fondos están a cargo de los representantes legales (padres o tutores). Esto protege al menor y asegura un control responsable del dinero.

  • Sin comisiones ni gastos de mantenimiento
    La gran mayoría de las cuentas infantiles están exentas de comisiones de administración o mantenimiento. El objetivo no es generar ingresos para el banco por este servicio, sino fidelizar a largo plazo.

  • Acceso restringido y seguro
    Dependiendo del banco, los menores pueden tener acceso limitado mediante aplicaciones o tarjetas de prepago con límites diarios, lo que permite una introducción gradual a la gestión del dinero.

  • Incentivos y promociones
    Algunas entidades ofrecen bonificaciones de bienvenida, regalos físicos (libros, juguetes educativos), o intereses superiores a la media para los primeros euros depositados, fomentando así el hábito del ahorro.

  • Objetivo educativo
    No es solo un producto financiero, sino también una herramienta pedagógica. A través de ella, el menor puede aprender conceptos básicos como interés, saldo disponible, ingresos y gastos de forma adaptada a su edad.

  • Cuenta de ahorro infantil: pensada exclusivamente para ahorrar a largo plazo, con una pequeña rentabilidad.

  • Cuenta corriente infantil: más operativa, puede incluir tarjeta de débito controlada o acceso digital supervisado.

  • Cuentas regalo o plan de ahorro para estudios: con aportaciones periódicas que se liberan al cumplir cierta edad.

  • Seguridad: el dinero del menor está protegido y no se expone a riesgos innecesarios.

  • Ahorro planificado: permite acumular capital para objetivos futuros (estudios, viajes, actividades).

  • Educación financiera temprana: ayuda a que el menor entienda el valor del dinero y cómo administrarlo.

  • Ventajas fiscales: en algunos casos, los rendimientos pueden tributar a un tipo reducido dependiendo de la normativa vigente.

  • Fidelización bancaria: a futuro, el menor ya tendrá un historial con el banco, facilitando el acceso a otros productos.

Listado de mejores Bancos en General

Comisiones asociadas a las cuentas infantiles

Tipo de comisión / servicio¿Es común?Cómo suele aplicarse en cuentas infantilesConsejo para evitarla o reducirla
Mantenimiento / administraciónRaraMuchas cuentas infantiles, como la Cuenta Mini de Banco Santander o la de BBVA, no tienen esta comisión.Busca siempre productos anunciados como “sin comisiones de mantenimiento”.
Tarjeta (emisión / mantenimiento)Poco comúnPor ejemplo, la Cuenta Infantil de BBVA permite una tarjeta Aqua sin comisiones después de los 14 años, y la Cuenta Mini de Santander también la ofrece sin coste.Revisa si la tarjeta es opcional y si hay coste solo si se activa.
Transferencias (nacionales / Bizum)Generalmente gratuitasEn cuentas como las de BBVA y Revolut <18> suelen ofrecer transferencias y Bizum sin coste.Elige cuentas que incluyan operaciones básicas sin penalización.
Operativa con cajeros (retiros)VariableLa tarjeta prepago de Santander permite retiradas gratuitas en sus cajeros. También neobancos como Revolut ofrecen operativa digital sin sorpresas.Prefiere cuentas con tarjeta adaptada para menores y límites claros.
Otras comisiones bancarias estándarMuy raraElementos como “por apunte”, “descubierto” o “administración extra” suelen no aplicarse a cuentas infantiles. En general, estas cuentas están pensadas para evitar gastos extras.Lee bien el documento informativo de comisiones del banco para confirmarlo.
  • Lo habitual es que las cuentas infantiles no tengan comisiones de mantenimiento ni por tarjeta, como sucede con la Cuenta Mini de Santander o la alternativa para niños en BBVA.

  • Transferencias y Bizum suelen salir gratis, sobre todo en neobancos como Revolut <18>.

  • Las retiradas en cajero pueden ser gratuitas, como en el caso de la tarjeta prepago de Santander.

  • Las comisiones habituales de otros tipos casi nunca aplican a estas cuentas diseñadas para menores.

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Términos importantes sobre las Cuentas Infantiles

El titular de una cuenta infantil es el menor de edad a nombre del cual se abre la cuenta. Esto significa que todo el dinero que se ingrese le pertenece legalmente a él, aunque esté bajo la custodia de sus padres o tutores hasta que alcance la mayoría de edad o la edad estipulada en el contrato. El titular figura en todos los documentos de la cuenta y es quien, en el futuro, podrá disponer de esos fondos de forma independiente.
En la práctica, el titular no puede realizar operaciones por sí mismo hasta cumplir con la edad legal para hacerlo (en España, los 18 años). Durante todo ese tiempo, la gestión se realiza a través de sus representantes legales, quienes administran el dinero siempre en beneficio del menor.

El representante legal es la persona adulta con autoridad legal para gestionar la cuenta del menor. En la mayoría de los casos son los padres, aunque también puede ser un tutor designado por un juez. Este representante tiene la capacidad de ingresar o retirar dinero, así como de decidir sobre las condiciones de la cuenta, siempre pensando en el interés del niño.
Su papel es fundamental porque actúa como puente entre el banco y el menor. Sin esta figura, una cuenta infantil no podría funcionar, ya que el banco necesita una persona legalmente responsable para firmar contratos y asumir cualquier obligación derivada de la gestión.

La comisión de mantenimiento es un cargo que algunos bancos aplican por el simple hecho de tener abierta la cuenta, independientemente de si se utiliza o no. En el caso de las cuentas infantiles, la buena noticia es que la mayoría están libres de este coste, ya que su objetivo es fidelizar a la familia y no generar ingresos inmediatos.
Aun así, es fundamental leer el contrato, porque puede haber condiciones específicas, como mantener un saldo mínimo o realizar ciertos ingresos periódicos para que la cuenta siga sin comisiones. Si no se cumplen, el banco podría aplicar el cargo.

El rendimiento o interés es la ganancia que genera el dinero depositado en la cuenta, calculada como un porcentaje sobre el saldo. Algunas cuentas infantiles ofrecen intereses superiores a los de cuentas corrientes estándar, precisamente para incentivar el ahorro desde pequeños.
Este rendimiento se abona de forma periódica (mensual, trimestral o anual) y es una forma de que el dinero “trabaje” mientras está depositado. Aunque en entornos de tipos bajos las cifras no sean muy altas, la rentabilidad compuesta puede marcar la diferencia en ahorros a largo plazo.

El ahorro programado es un sistema automático de aportaciones periódicas a la cuenta infantil, ya sea desde la cuenta de los padres o desde otra fuente. Puede configurarse para que cada mes, trimestre o año se transfiera una cantidad fija.
Esta herramienta ayuda a que el ahorro sea constante y disciplinado, sin depender de la voluntad del momento. Además, permite aprovechar el interés compuesto: cuanto antes y con mayor regularidad se ingrese, más crecerá el capital a largo plazo.

La disponibilidad de fondos indica en qué momento y bajo qué condiciones se puede retirar el dinero depositado en la cuenta infantil. En muchas de ellas, los fondos son totalmente líquidos y se pueden sacar en cualquier momento, pero en otras se establecen plazos o límites para fomentar el ahorro a largo plazo.
En el caso de cuentas vinculadas a objetivos concretos (por ejemplo, estudios universitarios), el banco puede establecer que el dinero solo se entregue al menor al cumplir cierta edad o al alcanzar un hito concreto, como terminar la educación secundaria.

La educación financiera en este contexto es el conjunto de conocimientos y hábitos que un niño adquiere gracias al uso de una cuenta infantil. No se trata solo de aprender a ahorrar, sino de entender conceptos como ingresos, gastos, interés, planificación y responsabilidad con el dinero.
Los bancos más innovadores integran herramientas y aplicaciones que permiten a los menores seguir su saldo, establecer metas y recibir recompensas por cumplir objetivos. De este modo, la cuenta infantil se convierte en algo más que un producto financiero: es un recurso pedagógico para la vida.

Preguntas frecuentes sobre las cuentas infantiles

En la mayoría de los bancos, se puede abrir una cuenta infantil desde el nacimiento del menor. De hecho, es habitual que algunos padres lo hagan nada más inscribir al bebé en el registro civil, con el objetivo de comenzar a ahorrar para su futuro. No hay una edad mínima establecida por ley, pero sí es obligatorio que exista un representante legal (padre, madre o tutor) que gestione la cuenta mientras el niño sea menor de edad.
A medida que el menor crece, algunos bancos permiten darle acceso controlado a la cuenta, por ejemplo, con tarjetas de prepago o aplicaciones móviles adaptadas a niños y adolescentes, fomentando así su autonomía financiera de forma segura.

La principal diferencia está en la edad del titular y en el grado de autonomía que ofrece el producto. La cuenta infantil está destinada exclusivamente a menores que aún dependen legalmente de sus padres para cualquier gestión, normalmente hasta los 12 o 14 años, aunque pueda mantenerse abierta hasta los 18.
En cambio, la cuenta joven se orienta a adolescentes y adultos jóvenes (por lo general, entre 14 y 30 años) y permite mayor libertad de uso: el titular ya puede hacer transferencias, retirar efectivo y gestionar su dinero sin la supervisión constante del representante legal, aunque en algunos casos todavía existan límites.

Sí. En España, el dinero depositado en una cuenta infantil está protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), al igual que cualquier otra cuenta bancaria. Esto significa que, en caso de quiebra de la entidad financiera, el FGD cubriría hasta 100.000 euros por titular y entidad.
Este respaldo da tranquilidad a las familias, asegurando que los ahorros del menor están tan protegidos como los de cualquier adulto. Sin embargo, siempre es importante verificar que el banco esté adherido al FGD y que el producto contratado sea una cuenta garantizada y no un producto de inversión con riesgo.