Bonos vs Obligaciones del Estado
Aspecto | Bonos corporativos (Bonos) | Obligaciones del Estado |
---|---|---|
Emisor | Empresas privadas (grandes compañías cotizadas o no) | Gobiernos nacionales (como el Tesoro Público español, alemán, francés, etc.) |
Riesgo | Moderado a alto (depende del rating crediticio de la empresa) | Bajo (respaldadas por el Estado, aunque hay diferencias según país) |
Rentabilidad potencial | Más alta, puede superar el 5 % anual dependiendo del emisor y plazo | Más baja, habitualmente entre el 2 % y 4 % anual en países con buena calificación crediticia |
Seguridad | Menor que la deuda pública, expuesto a riesgo de quiebra | Alta, se consideran activos refugio |
Liquidez | Alta en emisores grandes, pero depende del mercado secundario | Alta, con mercados secundarios activos y respaldados por bancos centrales |
Fiscalidad | Tributan como rendimientos del capital mobiliario, con retención habitual del 19 % en España | Igual que los bonos, aunque algunos tipos pueden tener ventajas específicas si son a largo plazo |
Diversificación | Alta, permite exposición a sectores específicos y multinacionales | Baja, centrada en países y riesgo soberano |
Accesibilidad desde plataformas | Alta: se pueden comprar en plataformas como Freedom24 desde importes bajos | Alta también, accesibles vía bancos, brokers y plataformas online |
Plazo de inversión | Varía: desde 1 año hasta más de 10 años | Similar: desde letras a corto plazo (3-12 meses) hasta bonos y obligaciones a 30 años |
Ideal para… | Inversores que buscan más rentabilidad y pueden asumir algo más de riesgo | Inversores conservadores que buscan estabilidad y protección del capital |
¿Qué son los bonos y cómo funcionan?
Los bonos son instrumentos financieros de renta fija que permiten a las empresas (o también gobiernos, en ciertos casos) obtener financiación. Cuando compras un bono, estás prestando dinero al emisor, que se compromete a devolvértelo en una fecha futura (vencimiento), pagándote además unos intereses periódicos llamados cupones.
Imagina que compras un bono de una empresa por 1.000 € con un interés del 4 % anual y vencimiento a 5 años. Cada año recibirás 40 € de intereses, y al final del periodo te devolverán los 1.000 € iniciales. Así de sencillo.
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Tipos de bonos
Existen distintos tipos de bonos según el emisor, la duración o las condiciones del pago. Aquí van los más relevantes:
- Bonos corporativos: Emitidos por empresas privadas. Pueden ofrecer una rentabilidad atractiva, pero también tienen algo más de riesgo.
- Bonos de alto rendimiento (High Yield): Emitidos por empresas con calificaciones crediticias más bajas. Pagan intereses más altos para compensar ese riesgo adicional.
- Bonos convertibles: Se pueden transformar en acciones de la empresa emisora en el futuro.
- Bonos con cupón cero: No pagan intereses periódicos, pero se compran con descuento. Por ejemplo, compras uno por 800 € y al vencimiento recibes 1.000 €.
- Bonos verdes: Emitidos por empresas o instituciones para financiar proyectos sostenibles o relacionados con el medio ambiente.
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Ventajas y desventajas
Como toda inversión, los bonos tienen puntos fuertes y otros que debes valorar bien antes de lanzarte. Aquí te lo resumo con claridad:
✅ Ventajas de los bonos
- Ingresos estables: Te dan una rentabilidad periódica predecible, ideal si buscas estabilidad.
- Menor riesgo que la renta variable: Especialmente si eliges emisores solventes.
- Diversificación: Complementan una cartera con acciones, fondos o ETFs.
- Accesibilidad: Puedes empezar con cantidades desde los 100 € – 1.000 € dependiendo del bono.
- Liquidez: Muchos bonos se pueden vender antes de su vencimiento en mercados secundarios.
❌ Desventajas de los bonos
- Inflación: Si esta sube fuerte, los cupones fijos pierden poder adquisitivo.
- Rentabilidad limitada: Normalmente inferior a la renta variable a largo plazo.
- Riesgo de crédito: Si el emisor quiebra, puedes perder parte o toda la inversión.
- Riesgo de tipo de interés: Si suben los tipos, el valor de los bonos en el mercado secundario suele caer.
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¿Qué son las Obligaciones del Estado y cómo funcionan?
Después de conocer el funcionamiento de los bonos, es momento de hablar de uno de los instrumentos más clásicos y utilizados en el mundo de la renta fija: las Obligaciones del Estado.
Estas obligaciones son deuda emitida por un gobierno, con el objetivo de financiar sus actividades (infraestructuras, servicios públicos, inversiones…). Cuando compras una obligación del Estado, estás prestando tu dinero al país, que se compromete a devolvértelo en un plazo determinado y a pagarte intereses periódicos por ello.
En el caso de España, por ejemplo, el Estado emite distintos tipos de deuda pública a través del Tesoro: Letras, Bonos y Obligaciones del Estado, siendo estas últimas las de mayor duración (habitualmente entre 10 y 30 años).
La mecánica es sencilla: inviertes una cantidad, cobras intereses fijos cada año (cupón) y al final del periodo recuperas tu inversión inicial.
Ejemplos reales
Vamos a ver cómo funcionan con casos reales y actuales para que lo entiendas sin complicaciones:
- Obligación del Estado español a 10 años: Supón que compras una por 1.000 €, con un cupón del 3,5 % anual. Cada año recibirás 35 €, y dentro de 10 años recuperarás tus 1.000 €.
- Obligación del Estado alemán a 30 años: Si inviertes en una obligación de Alemania (uno de los países con menor riesgo del mundo), es probable que el interés sea más bajo, por ejemplo, 2,2 %. Eso se traduce en 22 € al año por cada 1.000 € invertidos.
Estas inversiones son consideradas muy seguras, ya que están respaldadas por el propio Estado. Eso sí, como verás más adelante, esta seguridad viene con una rentabilidad algo más baja que otras alternativas como los bonos corporativos.
Ventajas y desventajas
Ahora que ya entiendes qué son y cómo funcionan, veamos los puntos fuertes y débiles de este instrumento para que puedas valorar si te interesa incluirlo en tu cartera.
✅ Ventajas de las Obligaciones del Estado
- Alta seguridad: Están respaldadas por gobiernos. En países con alta calificación crediticia (como Alemania, Francia o España), el riesgo de impago es extremadamente bajo.
- Ingresos fijos y estables: Perfecto si buscas previsibilidad y proteger tu capital.
- Muy líquidas: Se pueden vender en cualquier momento en mercados secundarios.
- Buena opción para perfiles conservadores: O para diversificar en momentos de volatilidad en bolsa.
- Fiscalidad conocida: Se aplican los mismos criterios que otros productos de renta fija, con retención en origen del 19 %.
❌ Desventajas de las Obligaciones del Estado
- Rentabilidad más baja: Su seguridad hace que el retorno sea menor que en otros productos como bonos corporativos o acciones.
- Largo plazo: Muchas obligaciones son a 10, 20 o incluso 30 años. Si necesitas liquidez a corto plazo, puede que no sea lo ideal.
- Riesgo de inflación: Si la inflación sube, los intereses fijos pierden valor real.
- Riesgo de tipo de interés: Si los tipos de interés del mercado suben, el precio de estas obligaciones puede caer si las vendes antes de vencimiento.
Diferencias clave entre bonos y Obligaciones del Estado
Ahora que ya sabes cómo funcionan tanto los bonos corporativos como las obligaciones del Estado, vamos a comparar punto por punto los aspectos más importantes para tomar una decisión de inversión informada. Esta sección es clave para que veas cuál se adapta mejor a tus necesidades, tu perfil de riesgo y tus objetivos financieros.
Rentabilidad esperada
Los bonos corporativos suelen ofrecer una rentabilidad más alta que las obligaciones del Estado, precisamente porque implican un mayor nivel de riesgo.
- Un bono de una empresa sólida puede ofrecer entre 4 % y 6 % anual.
- En cambio, una obligación del Estado de un país estable (como España o Alemania) suele situarse entre el 2 % y 4 % anual.
Conclusión rápida: si buscas maximizar el rendimiento y puedes asumir algo más de riesgo, los bonos ganan aquí.
Riesgo y volatilidad
Las obligaciones del Estado son vistas como una de las inversiones más seguras del mercado, sobre todo en economías desarrolladas. Su volatilidad es muy baja y el riesgo de impago es mínimo.
Por el contrario, los bonos corporativos dependen de la salud financiera de cada empresa. Si inviertes en bonos de compañías con baja calificación crediticia, podrías tener una rentabilidad mayor, pero también más posibilidades de sufrir impagos o pérdidas.
Resumen clave: si buscas estabilidad y dormir tranquilo, las obligaciones son tu mejor opción. Si toleras algo más de riesgo, puedes optar por bonos bien seleccionados.
Horizonte temporal
Las obligaciones del Estado suelen tener plazos largos, de entre 10 y 30 años, por lo que están más orientadas a inversores que no necesitan liquidez inmediata.
Los bonos corporativos ofrecen mayor flexibilidad: los hay desde 1 año hasta más de 10 años, lo cual te permite elegir el horizonte que mejor encaje con tu planificación financiera.
Punto a favor de los bonos: si prefieres plazos más cortos o intermedios, encontrarás más opciones con ellos.
Liquidez
Tanto bonos como obligaciones se pueden vender en mercados secundarios, pero hay diferencias:
- Las obligaciones del Estado son muy líquidas. Al estar respaldadas por gobiernos, tienen alta demanda y son fáciles de vender en cualquier momento.
- Los bonos corporativos también pueden ser líquidos, sobre todo si son de grandes empresas, pero en ocasiones puede costar más venderlos rápidamente sin penalizar el precio.
En resumen: si priorizas la liquidez inmediata, las obligaciones del Estado suelen dar mejores garantías.
Fiscalidad
En España, ambos instrumentos tributan como rendimientos del capital mobiliario, por lo tanto tienen un tratamiento fiscal similar:
- Se aplica una retención del 19 % sobre los intereses generados.
- No hay diferencias significativas entre uno y otro en este aspecto.
- Eso sí, si inviertes a través de plataformas internacionales, es importante revisar la fiscalidad del país de origen del bono.
Consejo útil: lleva un buen control fiscal, sobre todo si diversificas en varios emisores o mercados.
Facilidad para invertir
Ambos productos son accesibles, pero hay matices:
- Las obligaciones del Estado se pueden comprar fácilmente a través de bancos, brokers tradicionales y el portal del Tesoro Público.
- Los bonos corporativos, en cambio, requieren plataformas especializadas o brokers con acceso a mercados internacionales. Aquí es donde destaca Freedom24, que permite comprar bonos de empresas europeas y estadounidenses de forma muy sencilla, desde importes bajos y con una interfaz clara.
Ventaja clara de los bonos (bien gestionados): con la plataforma adecuada, puedes encontrar más oportunidades y adaptarlas mejor a tus objetivos.
¿Cuál te conviene más según tu perfil de inversor?
Después de haber visto las diferencias clave entre los bonos corporativos y las obligaciones del Estado, toca responder a la gran pregunta: ¿cuál es mejor para ti? La elección correcta depende de tu perfil de riesgo, tus objetivos y tu horizonte temporal. Aquí te dejo una guía clara para ayudarte a decidir según lo que realmente estés buscando.
Si buscas seguridad
Si tu prioridad es proteger tu capital, mantener baja la exposición al riesgo y no estar pendiente de los vaivenes del mercado, las obligaciones del Estado son la opción más lógica.
Están respaldadas por gobiernos, suelen ofrecer pagos predecibles y tienen una volatilidad mínima. Son ideales para perfiles conservadores, para complementar una pensión o simplemente para dormir tranquilo sabiendo que tu dinero está en un lugar seguro.
Si quieres ingresos periódicos
Tanto bonos como obligaciones te pagan intereses, pero si lo que buscas es maximizar tus ingresos regulares, los bonos corporativos pueden ofrecerte una mejor rentabilidad.
Eso sí, es importante elegir emisores sólidos y diversificar bien. Invertir a través de plataformas como Freedom24 te permite acceder a bonos de grandes compañías con cupones competitivos, incluso desde importes bajos, lo que facilita construir una cartera que te genere ingresos constantes.
Si prefieres crecimiento a largo plazo
Aunque la renta fija no es el vehículo principal para crecer a lo grande (como sí lo pueden ser las acciones), hay inversores que utilizan los bonos corporativos a largo plazo como parte de una estrategia de crecimiento conservador.
Con una buena selección de bonos de empresas estables y cupones atractivos, puedes lograr una rentabilidad compuesta superior al 5 % anual, reinvirtiendo los intereses y aprovechando el efecto del tiempo.
Las obligaciones del Estado, en cambio, sirven más como protección y estabilidad que como fuente de crecimiento.
Casos prácticos
👩🦳 Perfil 1: Carmen, 62 años, próxima a la jubilación
Carmen tiene una cartera con fondos de inversión y algo de liquidez. Busca estabilidad, ingresos fijos y evitar sorpresas. Quiere conservar su patrimonio y vivir de los intereses sin sobresaltos.
👉 Solución ideal: Obligaciones del Estado a 10 y 15 años, combinadas con algún bono corporativo de empresas AAA para mejorar algo la rentabilidad sin asumir mucho riesgo.
🧑💼 Perfil 2: Miguel, 38 años, profesional con ahorro mensual constante
Miguel tiene ya un fondo de emergencia y parte de su cartera en bolsa. Busca diversificar y generar ingresos pasivos mientras mantiene algo de rentabilidad. Acepta cierto riesgo a cambio de mayor rendimiento.
👉 Solución ideal: Bonos corporativos a medio plazo con cupones altos, adquiridos en Freedom24, combinados con obligaciones a 10 años para cubrir la parte más conservadora.
Opinión de expertos: ¿bonos u Obligaciones del Estado en 2025?
En 2025, muchos analistas coinciden en que los bonos corporativos vuelven a ganar atractivo, especialmente los emitidos por empresas con buena salud financiera y ratings elevados. El entorno de tipos de interés más estables tras los picos inflacionarios de años anteriores está generando rendimientos interesantes en bonos con vencimientos a medio plazo. Además, en plataformas como Freedom24, los inversores tienen acceso a emisiones de grandes corporaciones con cupones que pueden superar el 5 % anual, lo cual es difícil de igualar con deuda pública.
Por otro lado, las obligaciones del Estado siguen siendo clave para quienes priorizan estabilidad, sobre todo en un contexto de crecimiento económico moderado y cierta incertidumbre geopolítica. Países como Alemania, España o Francia mantienen emisiones con rentabilidades entre el 2 % y 4 %, ideales para perfiles conservadores o para equilibrar una cartera más expuesta a renta variable. La visión general de los expertos es clara: complementar ambas herramientas es lo más inteligente, ajustando la proporción según el perfil y el horizonte de inversión de cada persona.