Cuando te dedicas al dropshipping, elegir bien la cuenta bancaria es una de esas decisiones que parece menor, pero que puede facilitarte (o complicarte) muchísimo el día a día. No se trata solo de recibir pagos y hacer transferencias, sino de tener una herramienta que se adapte a cómo funciona un negocio digital: con muchas operaciones pequeñas, pagos internacionales, automatizaciones y cobros por diferentes canales. En este contexto, Qonto se ha convertido en una de las opciones más recomendadas. Es una cuenta pensada para profesionales y empresas, con un sistema muy intuitivo y funcionalidades diseñadas específicamente para negocios online.
Por otro lado, bunq también se ha ganado el favor de muchos autónomos que trabajan en e-commerce. Lo que más se valora es la posibilidad de tener subcuentas con IBAN europeo, categorizar automáticamente los movimientos y operar con distintas divisas. Algo muy útil si tienes proveedores fuera de España o trabajas con plataformas como AliExpress, Shopify o Amazon. Además, sus notificaciones en tiempo real y la agilidad para abrir la cuenta sin moverte de casa la hacen una alternativa muy competitiva frente a los bancos tradicionales.
A nivel de operativa diaria, estas cuentas permiten una gestión muy ágil de cobros y pagos, tanto si usas TPV virtual como si integras pasarelas de pago. También puedes conectar tu cuenta con herramientas de facturación o tu software contable, lo que te ahorra bastante tiempo. Y si tienes equipo, puedes dar acceso a otros usuarios con diferentes niveles de permiso. Todo esto te permite tener bajo control todos los ingresos y gastos del negocio sin complicaciones.
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Con todo esto en cuenta, la clave es apostar por una cuenta que te acompañe en el crecimiento del negocio, no que te frene. Qonto y bunq están diseñadas justo para eso.
