Principales tipos de bonos
Cuando hablamos de bonos, es clave entender que no todos son iguales. Cada tipo tiene sus particularidades, sus riesgos y sus oportunidades. Saber diferenciarlos no solo te ayuda a tomar decisiones más informadas, sino que también te permite construir una estrategia de inversión más sólida y diversificada. Aquí te dejo un repaso completo de todos los tipos de bonos que existen en el mercado financiero.
- Bonos del Estado (bonos soberanos): Emitidos por gobiernos nacionales para financiar su deuda pública. Son considerados de bajo riesgo (especialmente en países estables) y muy populares entre los inversores conservadores.
- Bonos municipales: Emitidos por gobiernos locales o regionales. Suelen estar exentos de ciertos impuestos, lo que los hace atractivos para determinados perfiles fiscales.
- Bonos corporativos: Emitidos por empresas para financiar sus operaciones o expansión. Ofrecen una rentabilidad más alta que los bonos del Estado, pero también conllevan mayor riesgo.
- Bonos con grado de inversión (investment grade): Son bonos corporativos o soberanos con alta calificación crediticia. Se consideran más seguros, aunque con menor rentabilidad.
- Bonos basura (high yield): Emitidos por entidades con baja calificación crediticia. Tienen mayor riesgo, pero también un potencial de rentabilidad mucho más elevado.
- Bonos convertibles: Son bonos corporativos que el inversor puede convertir en acciones de la empresa emisora, ofreciendo un componente adicional de rentabilidad ligado al desempeño de las acciones.
- Bonos cupón cero (zero-coupon): No pagan intereses periódicos. Se compran a un precio inferior a su valor nominal y se cobra todo junto al vencimiento.
- Bonos ligados a la inflación: Su valor o su rendimiento está indexado al índice de inflación, protegiendo al inversor contra la pérdida de poder adquisitivo.
- Bonos perpetuos: No tienen fecha de vencimiento definida. Pagan intereses indefinidamente, y son más comunes entre grandes instituciones financieras.
- Bonos extranjeros: Emitidos en una divisa distinta a la del país del inversor, lo que añade exposición a riesgo de tipo de cambio.
- Bonos verdes (green bonds): Financiación destinada a proyectos sostenibles o ecológicos. Cada vez más populares por el auge de las inversiones ESG.
- Bonos subordinados: Tienen menor prioridad en caso de liquidación del emisor. A cambio, suelen ofrecer mayor rentabilidad.
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Bonos del Estado (bonos soberanos)
Estos bonos son emitidos por gobiernos nacionales como forma de financiar su deuda. Son considerados una de las inversiones más seguras del mercado, especialmente cuando provienen de países con economías estables como Alemania, Francia o los Países Bajos.
- Rentabilidad moderada: Normalmente tienen un rendimiento más bajo que otros tipos de bonos, precisamente por su bajo riesgo.
- Plazos variables: Pueden emitirse a corto, medio o largo plazo (desde unos meses hasta 30 años).
- Fiscalidad: En algunos casos, los intereses pueden tener beneficios fiscales.
Este tipo de bono es ideal si buscas estabilidad y seguridad, y son una base muy común en carteras conservadoras o diversificadas.
Bonos municipales
Emitidos por entidades locales (como ayuntamientos o comunidades autónomas), estos bonos sirven para financiar proyectos públicos, como infraestructuras o servicios sociales.
- Ventaja fiscal: En algunos países, los intereses están exentos de impuestos.
- Moderado riesgo: Aunque más seguros que los bonos corporativos, no lo son tanto como los soberanos.
- Atractivos locales: Son populares entre inversores que quieren contribuir al desarrollo regional.
Ideales si buscas una inversión relativamente segura y estás interesado en apoyar el desarrollo de tu comunidad.
Bonos corporativos
Las empresas los emiten para financiar operaciones, proyectos o expansión. Representan una buena oportunidad de rentabilidad pero con mayor riesgo.
- Más rentabilidad que los soberanos.
- Evaluados por agencias de rating como Moody’s, S&P o Fitch.
- Dependen del estado financiero de la empresa.
Si tienes tolerancia al riesgo y quieres mejorar tu rentabilidad, los bonos corporativos pueden ser una muy buena opción. Puedes acceder a muchos de ellos fácilmente desde Freedom24.
Bonos con grado de inversión (Investment Grade)
Son bonos corporativos o gubernamentales con alta calificación crediticia. Tienen bajo riesgo de impago y son emitidos por empresas o gobiernos con sólidos fundamentos financieros.
- Calificación mínima BBB- (S&P/Fitch) o Baa3 (Moody’s).
- Seguros pero con rendimiento más bajo que los high yield.
Perfectos para perfiles conservadores que buscan seguridad con algo más de rentabilidad que los bonos del Estado.
Bonos basura (High Yield)
Estos bonos tienen baja calificación crediticia. Aportan alto rendimiento, pero con un riesgo también mucho más elevado.
- Alta volatilidad.
- Potencial de rentabilidad muy superior.
- Emitidos por empresas en situaciones financieras comprometidas o emergentes.
Recomendados solo si tienes un perfil arriesgado y quieres apostar por rentabilidad agresiva a cambio de mayor incertidumbre.
Bonos convertibles
Son bonos corporativos que se pueden convertir en acciones de la empresa emisora, lo que ofrece un doble beneficio: renta fija + posibilidad de revalorización bursátil.
- Potencial de ganancia si la acción sube.
- Menor rentabilidad que un bono tradicional a cambio de esa opción.
- Equilibran riesgo y rentabilidad.
Ideales si crees que la empresa tiene potencial de crecimiento, pero quieres cubrirte con un ingreso fijo.
Bonos cupón cero (Zero-coupon)
No pagan intereses durante la vida del bono. Se adquieren con descuento y el rendimiento se obtiene al vencimiento.
- Muy útil para planificación financiera a largo plazo.
- Rentabilidad clara desde el inicio.
- Más sensibles a la variación de tipos de interés.
Ideales si quieres una revalorización futura asegurada sin necesidad de ingresos periódicos.
Bonos ligados a la inflación
Su rendimiento o capital están indexados al índice de inflación (como el IPC), lo que protege tu inversión del aumento de precios.
- Ingresos reales estables.
- Ideales en entornos inflacionarios.
- Menor rentabilidad real en entornos deflacionarios.
Son perfectos si te preocupa la pérdida de poder adquisitivo.
Bonos perpetuos
No tienen vencimiento definido. Pagan intereses “para siempre”, aunque pueden ser recomprados por el emisor.
- Flujo de caja constante.
- Más riesgo que los bonos convencionales.
- Usados por bancos y aseguradoras.
Buena opción si buscas una renta pasiva continua, aunque con cierto riesgo de variabilidad.
Bonos extranjeros
Emitidos en monedas distintas a la tuya, lo que introduce exposición al tipo de cambio.
- Diversificación geográfica y monetaria.
- Pueden aumentar el rendimiento global.
- Riesgo cambiario adicional.
Muy útiles si quieres salir de la zona euro y diversificar tu cartera internacionalmente.
Bonos verdes (Green Bonds)
Destinados a financiar proyectos con impacto ambiental positivo. Están ganando tracción rápidamente por el auge de las inversiones sostenibles.
- Alineados con criterios ESG.
- Buena reputación para los emisores.
- Rentabilidad similar a los bonos tradicionales.
Perfectos para ti si quieres invertir con propósito, sin sacrificar rentabilidad.
Bonos subordinados
En caso de liquidación, son los últimos en cobrar después de otros acreedores, por eso ofrecen mayor rentabilidad.
- Más riesgo.
- Rentabilidad atractiva.
- Frecuentes en el sector financiero.
Ideales si estás dispuesto a asumir más riesgo a cambio de ingresos más altos.
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